el charco hondo

Si hoy

El Gobierno que, salvo alguna fuga de voto vergonzante, comenzará a coger cuerpo hoy, con la investidura de Sánchez, tendrá tres tareas mirando a Canarias (entre muchas otras)

El Gobierno que, salvo alguna fuga de voto vergonzante, comenzará a coger cuerpo hoy, con la investidura de Sánchez, tendrá tres tareas mirando a Canarias (entre muchas otras). Y no lo tendrán fácil los ministros, porque cuando busquen alguna explicación razonable sobre algunos ámbitos de decisión concluirán, no sin enorme frustración, que no asoma tal justificación cuando se pone el foco en las impertinencias de Costas, la arrogancia de los gestores de los aeropuertos o el pasotismo de los altos funcionarios del Ministerio de Fomento. El único camino posible para el inminente Gobierno será tirar de teorías que no sigan planteamientos propios de la ciencia. No les quedará otra que buscar respuestas en teorías acientíficas y trabajar con la hipótesis de que los sucesivos responsables de Costas, los directivos de los aeropuertos españoles y los altos funcionarios de Fomento vinieron años atrás a Canarias, de despedida de soltero, luna de miel o viaje de fin de curso, y por lo que fuese la cosa se torció, dejando sembrados malos recuerdos que ahora, tiempo después, les provocan reacciones químicas en el lóbulo frontal, parte del cerebro encargada de tomar las decisiones. Esta teoría, acientífica, emerge como la única que puede acercarnos un poco al porqué de los dislates pasados y presentes de los suboficiales de Costas (a juzgar por su trayectoria, enfadados desde su adolescencia con estas Islas, aunque bien es cierto que con unas más que con otras); o al porqué de los desplantes de la aristocracia de los aeropuertos, impermeable a la necesaria bajada de las tasas áreas y perfectamente capaz de dejar al aeropuerto del sur abandonado en el siglo XX mientras lanzan, sin ponerse colorados, la ampliación de Barajas con inversiones que rondan los 2.000 millones de euros; o al porqué de las trabas (primero) y al desentenderse (después) de los altos funcionarios de Fomento, cuando delante de sus ojos las compañías aéreas están prohibiendo con precios escandalosos que suban a los aviones canarios sin alas y turistas peninsulares, una vergüenza insuficientemente protestada en Canarias, que está poniendo a las Islas en el mapa junto al Caribe o Japón, destinos a los que se puede volar por algo más, e incluso por algo menos. Habrá sido una despedida de soltero que acabó sin boda, una luna de miel que terminó en divorcio o un viaje de fin de curso en el que todo se torció, algo pasó, algo que dejó un mal recuerdo que nos tiene con sus lóbulos frontales jugándonos a la contra.

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