avisos políticos

Sin cartera

Los medios han publicado que el diputado de Teruel Existe vive y vota en Valencia, y es propietario de una empresa que hace años estaba en la ruina y gracias a unos contratos con los Gobiernos socialistas de Aragón y Valencia tiene ahora importantes beneficios. Bueno, son anécdotas de la España actual sin mayor importancia. La noticia relevante para Canarias de la investidura fue el cambio de voto de la diputada de Coalición Canaria. Desde la legalidad, y desde la ética y la estética, ese voto solo puede ser calificado como un acto de coherencia personal y de dignidad política. No se entiende que, después de haber sido expulsados de mala manera de las instituciones por los socialistas, no votaran en contra. Esta situación refleja la división de los coalicioneros tinerfeños entre paulinistas y partidarios de Fernando Clavijo, objeto, junto a Ana Oramas, de una brutal campaña de prensa en contra.

Cuando Pedro Sánchez y otros 14 diputados del PSOE, que hoy dominan el partido, rompieron la disciplina de voto en la investidura de Rajoy, su sanción fue una multa de 600 euros, por lo que la sanción de 1.000 euros a la diputada parece incluso excesiva. Y, en lugar de hacerle prometer que no reincidirá, deberían agradecerle los servicios prestados durante tantos años. Su posición, además, no tiene nada que ver con el transfuguismo de los candidatos de Ciudadanos en la instituciones tinerfeñas, porque, a diferencia de ellos, no obtuvo ningún cargo bien remunerado a cambio de su voto. Hay un nacionalismo de derechas y uno de izquierdas, como se comprueba en Cataluña y Euskadi, y no suelen estar bien avenidos. Por eso, a los que desde Fuerteventura y Lanzarote reivindican un nacionalismo que denominan progresista, habría que recordarles que Nueva Canarias ya existe.

En la formación de su Gobierno y la elección de sus ministros Pedro Sánchez ha vuelto a demostrar que es un político de raza y sin escrúpulos, cuyo objetivo principal es conservar el poder. Tiene lo que Maquiavelo denominaba virtù política. Sánchez sabe que si con sus compromisos de política social y la mochila de Podemos y los comunistas lleva a España al borde de la bancarrota, como hizo Rodríguez Zapatero, que lo pagaría en las urnas. Por eso, se ha protegido eligiendo a profesionales moderados con una formación económica muy solvente, cuyo nombramiento va dirigido a tranquilizar a los mercados y a las instituciones europeas. Y ha completado esa operación con la atribución a sus socios de unos Ministerios florero, cuyas competencias están casi todas transferidas. Es decir, casi vaciados de contenido, con muy pocas competencias y presupuesto, desgajados de otros Ministerios y rodeados de ministros socialistas cuya misión es controlarlos muy de cerca.

La figura del ministro sin cartera o sin Ministerio específico, encargado de llevar a cabo alguna tarea de la mayor importancia por cuenta del Gobierno, es legalmente posible, aunque apenas ha sido utilizada en la historia gubernamental española. La Administración franquista, por ejemplo, la utilizó con los responsables de los Planes de Desarrollo. Pedro Sánchez le ha dado a Podemos unas carteras tan vacías que casi no existen. El problema sería que, a cambio, y para financiar sus ocurrencias inviables, a los ciudadanos nos roben la cartera.

TE PUEDE INTERESAR