el charco hondo

Yo por ellos, no por mí

Yo este año no voy a salir, así que me da igual, pero quienes sí van a echarse a la calle en carnavales deberían po-nerse las pilas, porque los veo bastante distraídos, y me preocupo, yo por ellos, no por mí, que no saldré. Faltan catorce días para la cabalgata, vale, pero doce de esos catorce no se cuentan, porque dice la tradición, y las tradiciones están para respetarlas, que durante doce de los próximos catorce días lo único que harán será seguir bombardeando el chat que alguien abrió para mover lo del disfraz (crear un chat para algo, lo que sea, es la máxima expresión de la ley del mínimo esfuerzo). Solo faltan catorce días para los carnavales, y yo por ellos, no por mí, me preocupo un poco, porque de esos catorce solo dedicarán los dos últimos a hacer lo que mejor se les da, lo que mejor saben hacer, en fin, plantarse en la víspera de la cabalgata preguntándose quién o quiénes iban a encargarse de esto, aquello o, en general, de todo. Yo por ellos, no por mí, pero es que me da pena que cuando queden veinticuatro horas para que arranque el carnaval pasen de cero a cien porque, sin llegar a entender qué ha pasado, no tendrán nada porque nadie ha hecho nada, vaya sorpresa. Quedan catorce días, pero no se les ve con prisa, qué necesidad de apurarse, al fin y al cabo, solo les falta hacer absolutamente todo, y ojo, yo por ellos, no por mí, que yo no salgo. Siguen pendientes de ir a tomarse las medidas (mutantes, no hay año igual a otro), comprar las telas (si es que quedan), encontrar una peluca homologada por la Unión Europea (si no resultona, al menos no humillante), dar con los complementos que ayuden a que con suerte y un par de rones bien servidos el 34,2% de la población pueda intuir de qué carajo van disfrazados. Falta esto o, entre otras mil cosas que están dejando para última hora, les queda encontrar a un ingeniero de McLaren capaz de hacer caminar sobre rueda y media una plataforma que pesa apenas 367 kilos. Yo porque no voy a salir este año, porque si fuera de los que sí van a salir estaría un pelín apurado. Como no pienso pisar la calle estos carnavales me da bastante igual, eso sí, leo el chat de los que sí van a salir (no sé por qué me han metido) y me sabe mal, pero yo por ellos, no por mí.

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