Fausto Russo es entrenador personal y ha trabajado en equipos de fútbol como la Roma, o el Formia. Aunque no sabe como contrajo el Covid-19 ha sido una de las personas que se ha sometido voluntariamente a un nuevo tratamiento experimental que, arrancando en Nápoles, se está poniendo en práctica en varios hospitales en Italia.
En 48 horas ha logrado mejorar enormemente su situación, por la que llegó a estar inmovilizado en una cama del hospital Santa Maria Goretti, en Latina, sin poder casi ni respirar y con un casco presurizado.
“La mejora es de un 60 a un 70%”, explica exultante Fausto a ‘El Mundo’, y aunque permanece aún cera de su máscara y sabe que no debe hacer esfuerzos, se muestra ilusionado por la posibilidad para de que “quizás en tres o cuatro” puedan darle definitivamente el alta.
El tratamiento en cuestión se basa en el suministro del medicamento tocilizumab, un fármaco indicado contra la artritis.
“Me vino una fiebre muy fuerte y me ingresaron en el hospital. Me hicieron la prueba, resultó positiva y desde aquel día arrancó el calvario. Sólo el hecho de poder contarlo y de poder hablar es ya mucho para mí”.