después del paréntesis

Votar

Se corresponde con los individuos la ideología que, por cuestiones diversas, defienden. El asunto es la razón del estar: los criterios exclusivos, los compromisos, las responsabilidades… Ahora bien, las tendencias son estables (el comunismo, el socialismo, el fascismo…) no quienes las representan. Es decir, las actuaciones políticas son materia de personas concretas. Y esa es otra cima a escalar. Por ejemplo, nadie duda de que el comunismo es la enseña misma de la ética y quien lo inventó (Lenin, Trotski…) apuraron, desde las posiciones abiertas en utopía por Tomás Moro a las constataciones de los pensadores Karl Marx y Friedrich Engels, las señas ínsitas de la prueba. Mas era previsible que andado el tiempo la historia diera a conocer sujetos como Stalin o Gorbachov. ¿Esos sujetos arruinan el pensamiento que los señala? En esencia, no; en la práctica abyecta del poder, sí. Es presumible, entonces, que una persona como Clint Eastwood actúe de un modo específico. Más aún que preste su famosa imagen (como en la campaña presidencial de Donald Trump) por lo que respalda. Ha sido republicano, es republicano; frente a ello los demócratas. Consuenan detrás de su posición los nombres de presidentes de EE.UU. que conocemos; incluso los mentirosos como Bush. Por eso es razonable dudar cuando repasamos su obra. Desde el alegato feminista de Sin perdón, la extrema y extraordinaria lectura de la violencia en Mystic River, la elongación de la eutanasia en Million Dollar Baby a la sorprendente representación de la diferencia en la sensacional Cartas desde Iwo Jima. Lo que descubrimos detrás de esas películas es a un hombre sensato, cabal y asentado en principios morales prominentes. Pero la ideología y el ser. La semana pasada Eastwood se pronunció: no votará en la reelección por Donald Trump. Las razones que adujo no son muy distinguidas. No es posible seguir a un presidente que use twitter como lo usa -dijo- o que se dedique a insultar a la gente. Parco. Lo que restaña la renuncia de Eastwood (a pesar de ser republicano) es que hay asuntos con los que no nos podemos corresponder: un sátrapa de telebasura que es el representante supremo de un gran país y que actúa así en contra de los ciudadanos elegidos y del mundo. Mas lo que acomoda la renuncia de Clint Eastwood sigue siendo la elección. Por supuesto (en razón a lo que es) en absoluto votar al socialista Bernie Sanders. Si así fuera, abstención. Una pena.

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