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Canarias deja de percibir casi 7 millones de euros al día por el ‘turismo cero’

Según la consejera del área, Yaiza Castilla, "no existe otra fuente productiva semejante que asegure el sostenimiento de nuestras condiciones actuales de vida a corto y medio plazo, por lo que es vital para las islas la recuperación urgente del sector turístico"
TURISTAS PLAYA CANARIAS TURISMO
TURISTAS PLAYA CANARIAS TURISMO
Turistas en Canarias. / EP

Los agentes económicos y sociales y las administraciones públicas canarias competentes en el sector turístico han acordado trabajar de forma unificada en la preparación del destino Islas Canarias de cara a adelantar su reapertura en condiciones de seguridad frente a la pandemia global por el COVID-19.

La Consejería de Turismo presentó hoy miércoles al Consejo Canario de Turismo la estrategia para la recuperación urgente del sector turístico bajo el argumento compartido de la grave afección económica y social que la actual situación y su prolongación generará para las islas.

Según la consejera del área, Yaiza Castilla, “no existe otra fuente productiva semejante que asegure el sostenimiento de nuestras condiciones actuales de vida a corto y medio plazo, por lo que es vital para las islas la recuperación urgente del sector turístico”.

De hecho, la Consejería estima que con el peso que tiene el turismo en Canarias (35% del PIB y 40% de empleo) cada día que el sector esta cerrado las arcas públicas dejan de percibir casi 7 millones de euros diarios, una situación que a medida que se prolongue conduce al archipiélago a la bancarrota regional.

La estrategia del Gobierno compartida hoy con el sector pasa por convertir a Canarias en un laboratorio de rediseño de procesos de toda la cadena de valor de la actividad turística, creando y verificando protocolos para cada servicio y minimizando cualquier riesgo con el fin de transmitir seguridad sanitaria.

Paralelamente será imprescindible la mutualización de los riesgos mediante un adecuado control previo en origen y un seguimiento en destino, es decir por medio de la realización de test a todos los viajeros antes de subir a un avión y aplicando sistemas y tecnología de trazabilidad de los mismos.

El proyecto de laboratorio que lidera la Consejería de Turismo y para cuya dirección se cuenta con Cristina del Río, se llevará a cabo a través de un equipo multidisciplinar que abarque todos los procesos de la cadena de servicios turístico y conformado por hasta 18 grupos de trabajo distintos, correspondientes cada uno con las siguientes actividades: líneas aéreas, turoperadores, accesos (AENA, puertos y muelles deportivos), cruceros, transporte (taxis, guaguas, coches de alquiler y VTC), alojamiento, alimentación y bebida, playas (vigilancia, hamacas, sombrillas y chiringuitos), sanidad, comercio, infraestructuras (puntos de información, gestión municipal y limpieza), excursiones, Mice (convenciones, congresos y ferias), golf, wellness, naturaleza y turismo activo, y puntos de interés turístico (parques temáticos, museos, centros de interpretación…).

Estos equipos tendrán como cometido analizar las propuestas de medidas de instituciones internacionales y nacionales y crear los protocolos que falten para su aplicación en las distintas actividades bajo la premisa de criterios comunes sanitarios, de forma que se compatibilice la seguridad con la experiencia vacacional. Turismo prevé tener diseñado los distintos protocolos en mayo y su aplicación en junio próximo.

Además, para la revisión y propuesta de todos estos procesos se contará con la validación de un equipo profesional de epidemiólogos para avalar su eficacia, sugerir medidas adicionales o aconsejar sobre el uso de los productos adecuados.

Bajo la premisa compartida hoy por el Consejo Canario de Turismo de no forzar la apertura de la actividad turística sin garantías sanitarias en los países de origen como en el destino, el calendario de trabajo propuesto por la Consejería de Turismo, con el que se prevé adelantar lo más posible la reanudación de la actividad turística, contempla para junio próximo retomar parte de su actividad en cada ámbito insular aisladamente e iniciar el movimiento interregional gradualmente.

Para ello, la consejera demanda que la vigilancia sobre las fronteras “debe ser estricta y rigurosa ya que no podemos arriesgarnos a otro rebrote y empezar de cero una nueva cuarentena que nos terminaría de hundir económicamente y a largo plazo”, según Yaiza Castilla.

Para los siguientes meses de julio, agosto y septiembre, se estima asimismo que sería posible el desarrollo de una actividad turística interinsular, y, en el mejor escenario, la posible llegada de turismo exterior (nacional y extranjero) bajo el supuesto de control de la epidemia en origen u contando con medios para el testeo y trazabilidad de los viajeros. Un hecho, no obstante, que por volumen no permitiría una apertura del total de establecimientos, sino solo de parte de ellos, pero en cualquier caso, los que decidan abrir deberán estar preparados para ofertar garantías sanitarias.

Asimismo, las previsiones con las que se trabaja apuntan que en octubre habrá ya un control europeo de la epidemia y una mejora importante en la accesibilidad a test de verificación de contagio y/o anticuerpos, por lo que, a partir de esa fecha sería posible entrar en una etapa de cierta “normalidad” para el arranque de la temporada de invierno de forma gradual.

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