superconfidencial

Sálvese quien pueda

Sálvame, el programa estercolero por antonomasia, ha crucificado a un presentador de la tele, Alfonso Merlos, que trabajó en Trece, el canal de los curas, y que ahora no sé por dónde anda. Resulta que en una conexión de esas de confinamiento entre su casa y un canal de TV se coló una chica en bikini de fondo, cuando el señor Merlos parece que estaba enrollado con una habitual del corazón, Marta López. Que, además, creo que es tinerfeña, aunque habla con acento godo. En un país civilizado –y no como el nuestro— esas cosas de cuernos se deberían dirimir en el terreno privado y no dedicar horas a poner de chupa de dómine a Merlos y a hacer de su exnovia Marta –o lo que sea- una mártir. Líbreme el cielo de tomar partido por alguno de los dos; no quiero ni tengo necesidad. Pero tanto en el programa de Vázquez como en el de Emma García la cosa ha sido un clamor el pasado fin de semana. En Tele 5, claro. Merlos, además de tertuliano y presentador, es doctor en Derecho, así que supongo que tomará las medidas legales oportunas, si lo cree necesario, que tampoco lo sé, ni me importa. Pero, de refilón, los progres del cuore empezaron a meterse con los periodistas de la derecha –Merlos parece que lo es-, llamándolo facha y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Hasta en la follandusca aparecen las dos Españas, lo cual es una fatalidad. Mientras las afectadas –o beneficiadas— por Merlos dirimían sus cuitas en público y en la mensajería habitual, aparecían citadas otras más, por lo que concluyo que estamos ante un garañón consolidado. En época del coronavirus, a lo mejor todo esto es un soplo de aire fresco. Sobre todo cuando Marta dijo lo siguiente, sin destinataria conocida: “Según dijo San Andrés, la que tiene cara de puta, lo es”.

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