diario del aislamiento

Día 64

Amanece, y lo hace como suele hacerlo de poco a esta parte: sin Madrid -una hora menos, una fase más-. Cada 31 de diciembre, cuando los madrileños cruzan la medianoche llamo a mi hermana -para que me cuente qué pinta tiene el año nuevo, qué ve, cómo huele-. Ahora es del revés, ella me pregunta qué tal la siguiente fase -qué hacemos, cómo lo pasamos-. No me gusta amanecer sin Madrid, me falta. No sin familiares, amigos o compañeros con los que estoy deseando compartir las fases, los días, las risas, el trabajo, las cañas, los proyectos, las tapas o las ideas -las penas y las alegrías, la vida-. Quiero en mi fase a Cristo, Santi, Xavi, María, Rafa, Mónica, Pe o Adolfo, e incluso a los merengues (sin ellos qué sentido tiene ser culé). Ojalá pronto. Ojalá bien. Ojalá juntos. Dejo aquí el diario para ir a correr. He vuelto. Salí a ver qué tal; veinte kilómetros, bien. Descalzo, eso sí, porque llevo dos semanas esperando que me lleguen los Asics que compré en marzo -cuando los traigan les pasaré la factura del fisio; factura de fractura, en este caso-. Sigo. La desescalada camina de puntillas (de momento) sobre la delgadísima frontera que separa -o une- descompresión y (des)comprensión. La idea (sobre el papel) es descomprimir, regresar poco a poco -sin saltarnos ningún paso- hacia la superficie (hacia la normalidad; así, a secas). Muchos no lo han entendido y exhiben su (des)comprensión -sin una idea clara de lo que se dice, hace o sucede-. Los desentendidos (subespecie) parecen no haber comprendido -ni aprendido- nada de nada -de nada-. Aquí lo dejo, no volveré sobre esa tribu -ni hoy ni nunca, acabo de cansarme de ellos-. Buceo, para refrescarme. El Gobierno de España se olvidó (el viernes) de incluir al aeropuerto Tenerife Sur en el listado de los que pueden recibir vuelos internacionales. Olvidos. Se digiere que alguien olvide coger las llaves del coche o apagar las luces al salir de casa, pero olvidarse de un aeropuerto es de traca, o atraco -tiene su lógica porque llevan décadas con el aeropuerto del Sur en el hangar del olvido-. Ya lo han corregido -vaya tropa-. Alemania se reunirá el lunes con nueve países (España, entre otros) con el objetivo de desbloquear el turismo -nos va la vida en reuniones como esa; pongamos velas, o lo que haga falta-. Retornos. No está mal pensado lo de disfrazarnos de cirujanos en carnavales -me escriben-. Como este año sí saldré, estoy echándole imaginación -respondo, añadiendo el emoticono de las gafas de sol-.

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