diario del aislamiento

Día 69

La paciente cero se reunió durante una hora con el paciente 1, que compartió ordenador con el paciente 3; fue éste último quien contagió al paciente 12 en el transcurso de una cena que el paciente 3 organizó en su casa. Quiso el destino que el paciente 12, también alemán, entrara en la Historia de Canarias cuando decidió ir a La Gomera -convirtiéndose, a su pesar, en el primer caso registrado en suelo español-. Y así una sucesión interminable de escenas que los alemanes han desandado para llegar a su paciente 0. No sé para los de ciencias, pero a los de letras (puras, en mi caso) nos deslumbra la reconstrucción de la cadena de contagios -se pasaron la sal, se giró, cerró la puerta, lo saludó..-. Impresionante. Buceo mientras tomo un café, bien cargado -anoche cometí el error de cenar con Coca Cola; no pegué ojo hasta las mil-. Los gobiernos probarán la app de seguimiento de la Covid-19 en Canarias. Hay quienes se rebelan contra el estriptis que nos impone el Gran Hermano (la dictadura de los algoritmos con sus allanamientos de morada). Demasiado tarde, llevan años desnudándonos -siguiendo cada paso que damos, cada click, cada búsqueda-. Por mi cumpleaños recibí un aluvión de correos con felicitaciones de marcas deportivas, hoteles, heladerías o restaurantes mejicanos -entre otros hábitos que me resumen-. Esa batalla la hemos perdido. Retornos. Me preguntan si cumplí ayer o antes de ayer. Fue el miércoles -esto es un diario, así que mi presente siempre fue ayer-. La fase 2 nos lleva a la playa (un rato, sin pasarse). Otra vez la han liado -lo suyo ya es vicio, dejándolo para el último minuto-. Habrá que llevar en el bolso la crema protectora, mascarillas, el BOE y toalla. Trasteo con la política. Sánchez se compromete a crear una comisión bilateral para reactivar la economía canaria -su ministra portavoz ya la había constituido el miércoles de la semana pasada, será que hablan poco entre ellos-. El Gobierno pactó con Bildu derogar de forma íntegra la reforma laboral de 2012, Moncloa reculó pero Iglesias se desmarcó. Ayer el Gobierno tocó fondo (con el episodio de Bildu). Capítulos así minan su crédito. Mala cosa pactar esa reforma para salvar una votación, y peor (si cabe) la facilidad (frivolidad) con la que reculan o se contradicen -aquí lo dejo, mejor-. Otros retornos. Llevar la mascarilla es incómodo -me dicen-. No será peor que cuando nos prohibieron fumar en los bares -respondo-. Quienes se gastaron una pasta en arreglarse los dientes estarán maldiciendo las mascarillas, eso sí.

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