El pacto para la reactivación social y económica de Canarias que ha presentado el Presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres, es un buen punto de partida para una rápida salida a la crisis que nos devasta, hoy sanitaria y mañana económica. Todos los actores sociales compartimos la misma genuina preocupación por los menos favorecidos, aquellos a quienes sin ayuda de todos tendrían más complicado salir adelante. En ese sentido, el documento ofrece un certero análisis y algunas soluciones que deben concretarse en políticas claras ante las que poca resistencia cabrá.
No menos importante será el capítulo dedicado al impulso económico y la recuperación del empleo. Las estimaciones nada halagüeñas, se habla en el documento presentado de una caída del 20% en el PIB de las Islas, obligan a una toma de decisiones rápidas y decididas, algunas de las cuales ya se apuntan en el Pacto propuesto, tales como garantizar liquidez, ampliar los ERTE, aplazamientos tributarios y políticas de impulso a la actividad económica una vez el desconfinamiento lo permita.
La apelación a la seguridad como la principal herramienta promocional del turismo en Canarias no es gratuita, si hemos consolidado un grado elevado de especialización y aceptación en un mercado tan extraordinariamente competido ha sido precisamente por aspectos naturales, como el sol, pero también por la seguridad o incluso sanitarios que han precisado décadas consolidar. Lógico que en un momento como el actual, esto juegue en nuestro favor. De su rápida recuperación dependerá también una mejor salida de la crisis por más que no sea el único de los sectores que puede contribuir al óptimo resultado final.
La construcción es un motor que se reconoce puede activarse antes que otras actividades económicas. Sin duda, el impulso que podrá prestar la administración pública es esencial, desde las infraestructuras viarias que están ya contempladas en el Convenio estatal de carreteras hasta las sanitarias que serán necesarias para mejorar las capacidades de esta actividad, particularmente las hospitalarias según admite el propio Gobierno. No solo, de igual modo en los centros educativos se pueden acometer reformas tanto tiempo demoradas así como todas aquellas infraestructuras estratégicas necesarias para la sostenibilidad y vinculadas a la transición energética, la depuración de aguas y el tratamiento y gestión de residuos. La construcción de vivienda pública, largo tiempo demandada, es probable que encuentre, de tener los recursos, un nuevo impulso tanto a la construcción como la rehabilitación. Todo esto contribuirá a la recuperación económica y al mantenimiento del empleo.
El sector privado comparte su compromiso con el momento histórico que nos toca vivir. Y es cierto, así está escrito, que hay dos líneas de actuación prioritarias, una ligada al sector hotelero y su más que necesaria adaptación a las demandas siempre cambiantes de sus clientes. La segunda, se nos dice, la adecuación al surgimiento de una nueva demanda procedente del conjunto de actividades económicas como consecuencia de la necesidad de adaptarse a las exigencias de protección colectiva frente a los riesgos del Covid-19. De existir esa demanda, pocas dudas pueden albergarse sobre la respuesta que daremos los operadores privados, reaccionando con prontitud y eficacia.
La administración hace bien en comprometerse con dos aspectos esenciales para que estas propuestas no resulten un brindis al sol. De un lado, facilitando los perfiles profesionales adecuados para que la ausencia de trabajadores no frustre el avance preciso. La otra, he ahí la clave, agilizando los trámites administrativos para conceder las licencias de obras. No insistiremos nunca lo suficiente en la importancia de este último aspecto, no buscando poder actuar sin restricción, tan solo solicitando unos plazos razonables que no arruinen cualquier cálculo económico básico. Aunque parezca mentira, son más de 30 los años que lleva la Isla de Tenerife esperando a que se desbloquee el Plan Especial de El Mojón (Arona) sin que se concreten las promesas de avance. Un terreno que el propio alcalde del municipio catalogó como “la bolsa de suelo estratégico más importante de Canarias” y, pese a ello, sigue esperando a una mejora en la diligencia burocrática.
No podemos recaer en pasados errores porque hay mucho en juego y queremos estar todos en el mismo equipo. El Gobierno ha hecho un buen diagnóstico de la situación, parece tener claro lo que quiere hacer y reconoce algunas ineficiencias que podrían frustrarlo. Si duda, es un buen primer paso pero hemos escuchado antes esta música sin que se modificase la letra. Ahora estamos en el momento de afrontar ese gran reto porque de eso dependerá tener éxito o no. Estaremos a su lado dispuestos a arrimar el hombro aunque ahora la pelota está en su tejado.
Un buen pacto que precisa concreción
La apelación a la seguridad como la principal herramienta promocional del turismo en Canarias no es gratuita, si hemos consolidado un grado elevado de especialización y aceptación en un mercado tan extraordinariamente competido ha sido precisamente por aspectos naturales, como el sol, pero también por la seguridad o incluso sanitarios que han precisado décadas consolidar