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Viento canario

nnn El Hierro apostó por el viento para el cambio de modelo energético y hoy lo tenemos como referencia mundial en islas y lugares continentales

Por Tomás Padrón

Hace 40 años se plantó en la isla de El Hierro la primera semilla tecnológica con la que se intentaba cambiar el modelo energético de un territorio que dependía exclusivamente del petróleo.

El Hierro, en aquellos momentos, era el lugar de Canarias donde más costaba producir electricidad y esto determinó la búsqueda de soluciones alternativas al combustible fósil como fuente energética. En esos años, en pleno desarrollo turístico-petrolero, El Hierro inició su andadura sostenible en energía pese al empuje acelerado de la economía que no daba respiro a ideas o propuestas con visión de medio y largo plazo. La base y pilar del proyecto herreño es el viento, y sobre él giran las fórmulas y estudios de cómo dominarlo para convertirlo en energía estable para el consumidor.

El camino iniciado desde el primer momento fue muy estrecho y lleno de obstáculos. Rechazos profundos y compromisos forzados fueron la tónica durante muchos años en las diversas administraciones públicas, no convencidas del cambio energético sostenible propuesto por El Hierro.

El Cabildo lo incluye y aprueba oficialmente en su Plan de Desarrollo Sostenible como proyecto estrella y, sólo perseverando con constancia y tenacidad, logra la puesta en marcha de la Central Hidroeólica de Gorona del Viento en el año 2014, un 27 de junio. Desde ese momento, el viento, actor principal del nuevo sistema eléctrico, baila su primer tango energético sincronizado con su pareja, el agua, en Los Picos de Valverde.

Los agoreros negativos vaticinaban primero la imposibilidad de que la sincronización eólica-hidráulica pudiera llegar a funcionar y, una vez puesta en marcha, con que pudiera llevar energía limpia 100×100 a la red con total autonomía. Ambas cosas se han logrado. Lo avalan los datos de funcionamiento hasta hoy con unas 6.000 horas trabajando al 100×100, y dentro de ellas los 25 días consecutivos inyectando a la red la totalidad de la electricidad que nuestra isla consume. Pero más importante aún son las medias anuales conseguidas en 2018 y 2019 con el 57% y 55%, respectivamente, de aportación de energía limpia al sistema eléctrico de El Hierro.

En 2020, y en plena pandemia, los cinco garoés tecnológicos instalados movidos por el viento siguen derramando esperanza y bienestar para El Hierro, generando electricidad y desalando agua de mar. Y lo más importante, que la energía producida por Gorona del Viento es pública en un 77% y sus beneficios repercuten directamente en la sociedad.

Canarias, atacada al igual que otros territorios del mundo por un adversario pequeño, invisible y astuto en forma de virus, padecerá una crisis económica y social de imprevisibles consecuencias y en el plazo inmediato se trata de aliviar sus efectos con la colaboración del Estado y de Europa.

Madrid!!, Bruselas!!, tenemos un problema: la “avería” es importante. Nuestro modelo económico actual depende casi en exclusiva del flujo permanente de aviones procedentes de Europa. Observamos desolados en la pagina web de Flightradar 24 cómo en muchos momentos del día los cielos canarios registran cero aviones en vuelo. El impacto es duro y sus consecuencias graves.

Como en otros momentos de nuestra historia, apostamos prioritariamente por un solo sector de la economía y resulta increíble que en pleno siglo XXI un virus invisible nos “mande parar” y nos transmita directamente que hemos fabricado una economía de “cartón-piedra” en un archipiélago con posibilidades diversas aún por explorar.

Tenemos un grave problema pero también la gran oportunidad de afrontar con estrategia y valentía el modelo económico adecuado a nuestras características de pueblo-archipiélago.

El Gobierno de Canarias y los Cabildos Insulares estarán, seguramente, trabajando sobre la nueva Canarias que debemos afrontar para corregir y navegar con el rumbo adecuado y único: la necesidad imperiosa de apostar de forma contundente por el desarrollo sostenible.

En la tarea sostenible, Canarias está en disposición de desarrollar y dar vida con fuerza y a corto plazo al sector de la energía. La naturaleza nos ha dotado de elementos potenciales suficientes para desarrollar energías alternativas al petróleo: el sol, el mar, la geotermia y, especialmente, el viento canario; nuestro viento, los vientos alisios.

El Hierro apostó por el viento para el cambio de modelo energético y hoy lo tenemos como referencia mundial en muchas islas y lugares continentales. La escalada necesaria en Canarias al modelo sostenible puede iniciarse de forma inmediata con el potencial de nuestros vientos alisios, al menos en un 30% que permite la regulación del actual sistema eléctrico.

Para una mayor penetración en el sistema a medio plazo el viento necesita de la pareja adecuada que lo pueda domar y domesticar a través del almacenamiento hidráulico, los embalses, el hidrógeno, las grandes baterías, etc., y pueden acompañarle en el viaje la energía del sol, la mareomotriz y la geotermia.

El viento, cuando encuentra pareja su ideal se convierte en un colaborador esencial de quienes lo guían y entienden: el hombre y la tecnología. Armonizar y controlar el viento variable, y a veces violento, es el camino necesario que hemos de recorrer hacia el 100×100 energético canario.

Para la tarea disponemos en nuestras islas de instituciones, organismos y personas capaces de guiar y gestionar las diversas energías potenciales que tenemos y así poder disponer de energía estable que genere bienestar a la sociedad y llegar a las viviendas, a las fabricas, a los comercios y también depurar y desalar agua del mar.

El ITER, el ITC, las Universidades Canarias, los Colegios Técnicos Profesionales, la Agencia del Cambio Climático y referentes personales herreños como Javier Morales, Juan Manuel Quintero, Fidel Cabrera, Guillermo Álamo, y otros grandes valores canarios, pueden constituir un grupo de trabajo multidisciplinar sobre la energía y el agua canarias con total solvencia de éxito.

El viento alisio que en su día empujó las velas de las naves de Colón a descubrir un Nuevo Mundo es el mismo que hoy se ofrece a cambiar el modelo energético canario. No podemos seguir dejándolo pasar sobre nuestras montañas y barrancos mientras seguimos comprando crudo o mirando al horizonte esperando el petrolero.

Canarias debe seguir la huella energética de El Hierro con las variantes y características de cada insularidad y El Hierro debe dejar de mirarse el ombligo de lo conseguido e iniciar de inmediato la segunda etapa del 100×100 permanente.

Tenemos la oportunidad que nos da esta crisis de rectificar. Elijamos: o lo SOSTENIBLE, o lo DESTRUIBLE en personas, bienes y territorio.

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