¿Y este por qué no paga?

Había un famoso director del Banco de Vizcaya de La Laguna, don Francisco del Castillo, que era un hombre tolerante y comprensivo con sus clientes. Cuando los jefes godos de Riesgos venían de Madrid a revisar los expedientes impagados, se reunían en el despacho de don Francisco. El godo más godo preguntaba entonces, con ese acento prepotente e insidioso del peninsular majadero: “Don Francisco, don Francisco, ¿y este señor por qué no paga?”. A lo que el bondadoso director respondía siempre con la misma frase: “¿Por qué va a ser? Porque no tiene dinero”. Lo cual desconcertaba al tipo de Riesgos, que no sabía qué responder. La anécdota viene al caso por los pagos de los alquileres en los centros comerciales, que llevan dos meses cerrados. Hay gente que si paga el alquiler con cero ingresos se tiene que endeudar. Y si se endeuda en estos tiempos, no se recupera. Los centros que dependen de empresarios locales, de gente que vive el problema de cerca, han sido mucho más generosos. Algunos, incluso, han eximido del pago de estos dos meses a sus inquilinos; otros lo han aplazado. Pero los centros que dependen de fondos de inversiones han sido implacables: o pagas o te marchas. Y se lo han hecho hasta a familias y autónomos humildes, que dependen de su pequeño negocio para sobrevivir. Son fondos sin corazón, cuyo único afán es recaudar y arruinar a quien sea. Los fondos, además, tienen la mala costumbre de acudir enseguida a los juzgados, planteando pleitos sin siquiera aportar pruebas suficientes ni razones para los cobros, con el único objetivo de asustar al pobre inquilino o deudor, antes de hundirlos para siempre. Algunos juzgados pican y otros no. Llamo la atención aquí sobre las palabras de don Paco del Castillo a los godos del antiguo Banco de Vizcaya: “Don Francisco, ¿y este por qué no paga?” “Pues porque no tiene dinero”.