El mismo día que la Corporación capitalina anunciaba el cierre de los dos pabellones que se habían dispuesto para acoger a personas sin hogar durante el estado de alarma, 25 inmigrantes aparecían en las inmediaciones del albergue municipal, el único de la Isla, en busca de ayuda. Mientras a la mayoría de las personas del Quico Cabrera y el Paco Álvarez se las ha podido recolocar en otros recursos para que no vuelvan a la calle, la veintena de inmigrantes sigue a la espera de que la Subdelegación del Gobierno les dé una solución. Ayer, los vecinos de Azorín, donde se ubica el Centro Municipal de Acogida, el único albergue de toda la Isla, un hito que lo convierte en el barrio con mayor presión social de Canarias, exigieron, una vez más, que se atiendan las necesidades especiales que presentan, concretamente en limpieza y seguridad, sobre todo ahora que la afluencia de personas es mayor de lo habitual. En la reunión, a la que asistieron los concejales Andrés Martín, responsable del distrito Salud-La Salle, y Marta Arocha, edil de Atención Social, los vecinos expusieron la necesidad de que haya más seguridad “a distintas horas del día”. “También es fundamental la limpieza de espacios, como el parque Manuel Castañeda, para el que pedimos que se rehabilite como han hecho con otros espacios de la ciudad, dotándolo de canastas, por ejemplo”, porque, como recuerda la asociación, el equipamiento deportivo del barrio, el Pancho Camurria, tiene sus alrededores tomados, “y no es el mejor sitio para llevar a tus hijos”.
Desde la Asociación de Vecinos advierten de que si se produjera un repunte de los casos de coronavirus y se volviera a cerrar el comedor del albergue, “tendrían que reforzar la limpieza también por la tarde porque lo que no puede volver a pasar es que nos encontremos imágenes como las del confinamiento con restos de comida por las aceras y los jardines o más grave aún, aglomeración de personas sin respetar las distancias, por eso exigimos más seguridad”.
La concejala de Atención Social explicó al término de la reunión que se habló de acometer las mejoras que exigen para el parque, cambiando su pavimento, así como de reforzar la presencia policial. Arocha recordó que esta reunión ya estaba concertada desde hace tiempo, aunque el domingo, tras la llegada de los inmigrantes ya tuvo un primer encuentro con los vecinos.
En cuanto a los inmigrantes, la edil insistió en que desde el Ayuntamiento de Santa Cruz “lo único que podemos hacer es ofrecerle apoyo social, darles comida y acceso a una ducha, pero la responsabilidad de una salida la tiene la Delegación del Gobierno”.
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