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Pacto canario del virus

En plena desescalada, aparecen los planes del virus, en Europa, España y Canarias. En un ambiente polarizado, donde los esfuerzos conjuntos no se coordinan. La falta de competencia, honestidad y fiabilidad, descomponen las seguridades, sanitaria, jurídica y política, desde un gobierno nacional, que ejerce la oposición de sí mismo. Promueve su buen crédito al tiempo que elude sus culpas y estigmatiza a la oposición, para activar el fanatismo de las adhesiones. Sentimiento contra racionalidad. En Canarias se expresa con un “aire tropicalista”, que valoramos en el Pacto para la Reactivación Social y Económica de Canarias, aprobado el Día de Canarias, en el Parlamento; sin apoyos del PP y Ciudadanos. El pacto incorpora a la Fecai, la Fecam y la adhesión de agentes económicos, sindicales, colegios profesionales, ONG y las cuatro Cámaras de Comercio de Canarias.

Vivimos en un país de escasa cultura de colaboración política y civil, donde las izquierdas reniegan de ella en su teoría del todo público; todo lo más valoran su posibilidad como esfuerzo residual o complementario. Sobre el papel el “Pacto Canario”, se mueve en este margen, donde se articula con 18.500 meuros, el Estado aporta 3162, la Autonomía 7207, los Cabildos 1960, los Ayuntamientos 2273 y los Privados 3919.A la fecha está abierto, sin que estén aseguradas las aportaciones. No existe un marco temporal claro, no está soportado en una estrategia sólida, dirigida a preservar las empresas y sus empleos. Identifica una reducción media del PIB del 23% y un paro superior al 35%, con un déficit autonómico recaudatorio de 1.500 meuros .

El Pacto se sostiene en 7 prioridades: servicios públicos, capacidades sanitarias y sociosanitarias, atención a las personas vulnerables, recuperación del empleo, impulso económico, simplificación administrativa y desarrollo sostenible. Que se despliega en acciones genéricas, sobre la extensión de los ERTE, la liquidez empresarial, la renta de garantía ( ya se aprobó la IMV nacional), la simplificación administrativa que nunca se aborda cumpliendo la Bolkestein. Luego que Madrid admita el uso de superávits, remanentes y deuda. Ninguna de las ecuaciones básicas del Pacto, puede despejarse sin acuerdos con Madrid y por elevación a Europa, donde se soportarán las subvenciones y préstamos para el Virus. Dada la frágil situación española, que vuelve a cerrar 2019, fuera de objetivos.

Hemos conocido en paralelo la propuesta de Cámaras de España al Pacto Canario, más concreta y articulada. Las Cámaras proponen operar en tres fases: supervivencia, recuperación y reconstrucción, que se extienden a 10 años. Estiman una caída PIB del 20%y un paro sobre el 35%. Llama la atención sobre la estructura productiva de Canarias, con el 95%de microempresas y autónomos, con un destacado peso del turismo, comercio, transporte y construcción. Apoyan un pacto en colaboración público-privada, con diversificación del modelo. En ámbito europeo potenciar la condición RUP, en el nacional el REF y en el local aunar esfuerzos. Para cada fase sus remedios, que exigen en “supervivencia”, extensión de ERTE, suspensión de impuestos y cuotas seguridad social y autónomos, exención de tasas e impuestos municipales, inyección efectiva de liquidez que hoy no llega al 75% de pymes. Moratorias y reducciones de costes financieros, arrendamientos e IGIC.

En consonancia se diseñan “recuperación” y “reconstrucción”. Con un marco legal que prime a todos y no sólo como en el RIC a quien tiene beneficios. O como el caso de las primas al transporte , que beneficia al 20%, con ineficiente resultado dado su elevado coste. Apostar por una actualización de la RUP y del REF singular como en Ceuta , Melilla, primando el coste empresarial de la Seguridad Social y con ello al empleo de forma universal.

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