Jairo Núñez: “A este paso no va a quedar otro remedio que salir a la calle a defender nuestro trabajo”

** Por Eva Castillo

Jairo Núñez, director de ArteValle Producciones, ha sido la cabeza visible de la Asociación de la Industria de la Música Canaria (Aimca), siendo su presidente a lo largo de ocho meses, en los que, con toda probabilidad, ha sido una de las épocas más cruciales para el sector. Tras el nacimiento de esta asociación, en diciembre, el día 20 tendrán lugar las elecciones para la nueva junta directiva. Núñez Díaz se presentará a la reelección, con la experiencia acumulada en estos tiempos complicados y siendo consciente de los grandes retos que afronta el sector en el futuro más próximo. El presidente de Aimca denuncia que la cultura y la música de Canarias sufren un “agravio comparativo en relación a otros sectores y comunidades autónomas”.

-Le ha tocado vivir la pandemia como presidente de Aimca, una gestora que agrupa a más de 60 empresas del mundo de la música y la cultura. ¿Cómo les ha influido esta crisis sanitaria y económica?
“Es una crisis sin precedentes, en la que se ha visto muy afectado el sector, pese a que esté acostumbrado a sobrevivir y a nadar contra corriente, porque siempre se ha denigrado a la cultura de manera general. Las empresas desde el mes de marzo no facturan y la situación se está haciendo insostenible. Hay mucho nerviosismo”.

-El pasado mes de mayo, Aimca presentó un videoclip en el que advertía que “la vida sin cultura no es vida”, buscando la complicidad del ciudadano. ¿Valora la sociedad el producto cultural como una necesidad?
“Queda un gran camino por recorrer y un proceso de concienciación. La ciudadanía y las instituciones públicas deben entender que, más allá de la vertiente filosófica, intangible, de la cultura, es un sector productivo que crea en Canarias 26.000 puestos de trabajo, representa un 2,5% de Producto Interior Bruto (PIB) y solo para el impuesto IGIC genera 30 millones de euros para las arcas públicas. Poco a poco empieza a calar y se va desterrando la imagen plúmbea de la cultura. En estos momentos, tenemos la suerte de contar con unos interlocutores en el Gobierno de Canarias, Juan Márquez, viceconsejero de Cultura, y Rubén Pérez, director general de Cultura, que son sensibles y conscientes de esto, unos valiosos aliados, y lo están defendiendo a capa y espada. Desde Aimca, el fin último que queremos lograr es que los presupuestos de la comunidad autónoma destinen un 2% a este sector”.

-Además del diálogo con los interlocutores públicos que gestionan la cultura, ¿han intercambiado, también, opiniones con los responsables de la lucha contra la epidemia a la hora de aplicar las medidas sanitarias en el sector?
“En nuestra labor de intentar apagar fuegos, porque cada día que pasa la desesperación es patente ante la falta de ingresos, hemos celebrado reuniones periódicas con el Gobierno de Canarias. En ellas se les presentó un protocolo de medidas sanitarias, elaborado por la Federación de la Música en España (Es_Música), para que se estudiara la ampliación de los aforos en los recintos hasta 5.000 personas, con una serie de medidas sanitarias exigentes para ofrecer la seguridad que requiere esta situación. No hemos recibido respuesta y nuestro principal objetivo, dadas las circunstancias actuales y los agravios comparativos que estamos sufriendo, es que se analice esta flexibilización de las medidas cuanto antes”.

-¿Se siente el sector discriminado por la Administración a la hora de aplicar medidas sanitarias en los eventos culturales?
“Hay un agravio comparativo muy claro con el turismo y otras formas de ocio, cuando vemos las playas abarrotadas, donde no se guarda la distancia, o en las líneas aéreas que transportan a los pasajeros sin butacas que los separen. Creo que el Gobierno de Canarias no está teniendo en cuenta las especificidades de nuestras islas, con uno de los índices más bajos en número de contagios. Otro problema son las fiestas privadas, donde no hay ningún tipo de control ni sanitario ni de seguridad. Es nuestro sector el que está acostumbrado a realizar este tipo de eventos y, por tanto, puede garantizar que se desarrollen a riesgo cero. El problema es que todavía el Gobierno de Canarias no ha definido una guía donde las medidas estén bien marcadas, con lo que los ayuntamientos no saben cómo actuar y no se están concediendo los permisos. Somos un sector serio y profesional, por lo que nuestro principal objetivo es conseguir una reunión con las áreas de Cultura y Sanidad del Gobierno autónomo y la Fecam para consensuar estas medidas y la flexibilización de los límites de aforo”.

-Entiendo, por sus palabras, que no son viables los espectáculos en directo con el aforo exigido hoy por hoy…
“Es totalmente inviable y, de nuevo, sufrimos un agravio comparativo. El sector está muy molesto y estamos barajando la posibilidad de convocar una manifestación general en Canarias del sector de la cultura. No se entiendo que en el deporte se permitan aforos superiores que en cultura. Por ejemplo, la Supercopa Endesa se celebrará en septiembre en Tenerife, en el Pabellón Santiago Martín, con el 50% del aforo, con 2.500 personas, mes en el que también comenzará la Liga Endesa, por lo que el Gran Canaria Arena podría acoger más de 4.000 espectadores. Llevamos un mes solicitando reuniones, sin resultado, para conseguir un consenso, el siguiente paso será salir a la calle a defender nuestros derechos y el sustento de miles de familias que dependen de esta industria cultural. Tenemos que hacernos respetar, de una vez, porque no se nos tiene en cuenta”.

-La negativa a celebrar verbenas y fiestas populares estará afectando también mucho al colectivo de orquestas…
“Las orquestas también forman parte de la industria musical y vuelvo a los agravios comparativos, porque en Galicia, por ejemplo, se ha dado luz verde a este tipo de actos populares. En Canarias ha sido un no tajante y este tipo de eventos aporta entre cuatro y cinco mil puestos de trabajo. Da la sensación de que no se quieren buscar medidas adaptadas, mientras que establecimientos como los supermercados o los centros comerciales poseen sus normas específicas, mediante el uso de mascarillas, gel y la distancia de seguridad, ¿por qué no se puede hacer también con las fiestas populares? Algunos políticos sí han sido valientes, como los alcaldes del Puerto de la Cruz y de Las Palmas de Gran Canaria, que ya han anunciado que se celebrarán festivales en los próximos meses”.

-¿La crisis del coronavirus ha puesto en peligro los presupuestos públicos destinados a Cultura?
“Los ayuntamientos, desde marzo, no han realizado ninguna acción cultural, por lo que deberían tener más dinero ahora. La mayoría cuenta con un superávit que se les ha permitido utilizar. Desde Aimca pedimos que si bajan los presupuestos para atender necesidades perentorias, se produzca el recorte de la misma manera en todas las áreas. Las políticas culturales en Inglaterra y Francia han superado esto hace mucho. De hecho, a finales de los 80, el presidente francés Mitterrand duplicó los presupuestos de cultura porque entendía que era un motor para la recuperación económica y social”.

-Con esta situación, ¿hasta cuándo cree que puede aguantar el sector?
“El sector ya no aguanta más. Si las instituciones no inyectan dinero a la cultura y son conscientes de la necesaria ampliación de los aforos, para que se puedan realizar eventos rentables aplicando las medidas de sanidad entendibles para crear espectáculos seguros, no se podrá continuar. Y no nos quedará otra que salir a la calle a manifestar nuestra desesperación”.

-El 20 de agosto se celebran elecciones para designar nueva Junta Directiva de Aimca y usted se presenta a la reelección. ¿Qué objetivos quiere cumplir si sale elegido?
“Me voy a presentar con una propuesta de junta directiva que creo que será muy representativa del sector de Canarias, con profesionales históricos de nuestras islas y procedentes de ámbitos diversos. Nuestros objetivos principales son conseguir que los presupuestos generales del Gobierno Autónomo destinen el 2% a cultura y un gran pacto con todas las administraciones para que se respeten unos mínimos para este sector, que sean intocables a la llegada de nuevas crisis”.