tribuna

La calidad del aire, esencial para nuestra salud y la del planeta

Nadie duda ya, y menos en el contexto de la actual pandemia, de que la salud de las personas está estrechamente relacionada con todas y cada una de las esferas de la sociedad

Nadie duda ya, y menos en el contexto de la actual pandemia, de que la salud de las personas está estrechamente relacionada con todas y cada una de las esferas de la sociedad. Tampoco de la influencia de nuestras acciones individuales en la seguridad sanitaria y bienestar colectivos.

El estado de alarma y el confinamiento ha servido para repensar planteamientos preestablecidos a todos los niveles y para darnos cuenta de la presión que ejerce el ser humano y su actividad sobre el medioambiente. Uno de los aspectos positivos que pudimos extraer fue la mejora de la calidad del aire hasta en un 70%, debido a la reducción de los gases contaminantes.

Hoy conmemoramos el Día Internacional del Aire Limpio por un Cielo Azul, una efeméride con connotaciones sanitarias y medioambientales, ya que un aire limpio es clave en nuestra vida cotidiana para prevenir y minimizar enfermedades.

El modelo actual de nuestra sociedad, fundamentado en la utilización de los combustibles fósiles como principal fuente energética, provoca una serie de efectos entre los que se encuentra la contaminación ambiental. Uno de los aspectos de este fenómeno es el de la contaminación atmosférica, es decir, la presencia en el aire de sustancias en cantidad suficiente para que impliquen un daño para las personas y el medioambiente.

La contaminación atmosférica es el mayor riesgo ambiental para la salud humana y una de las principales causas evitables de muertes y enfermedades en todo el mundo. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, es responsable del 25% de muertes por cardiopatías, el 34% de fallecimientos por accidentes cerebrovasculares y el 36% de muertes por cáncer de pulmón. Asimismo, su impacto negativo tiene efectos sobre la economía, la productividad laboral, los costos de atención sanitaria o el turismo.

La mala calidad del aire plantea un grave problema para el desarrollo sostenible y nos afecta a todos y todas, particularmente, en las zonas urbanas. Esto no ha pasado inadvertido para la comunidad internacional, que es consciente de que la mejora del aire puede ayudar a reducir las consecuencias del cambio climático.

Por ello, la Organización de las Naciones Unidas busca el compromiso de los países, y la Agenda 2030 reconoce que reducir la contaminación atmosférica es crucial para el cumplimiento de sus objetivos. En esta línea, el Gobierno de Canarias está decididamente comprometido con el impulso a las políticas de desarrollo sostenible, de forma que las Islas se conviertan en un referente en materia de sostenibilidad social, económica y medioambiental, mejorando la vida de los canarios y canarias.

Además, hemos tenido buenas noticias recientemente. El Archipiélago cumplió el pasado año con los límites de contaminación del aire que impone la legislación vigente, al no superar en ninguna zona los valores máximos permitidos de ningún contaminante. De acuerdo con el último informe sobre la calidad del aire en Canarias, en 2019, en comparación con años anteriores, se mantuvieron los valores de contaminación bajos y no se produjo ninguna variación destacable.

En este sentido, cabe destacar el trabajo que realiza la Red de Control y Vigilancia de la Calidad del Aire de Canarias, que gestiona la información en tiempo real y cuenta con los medios necesarios para aportar una alta fiabilidad a los valores registrados, cumpliendo en todo momento con los requisitos establecidos en la normativa vigente sobre trazabilidad de los datos y garantía de calidad.

Estos buenos datos deben animarnos a seguir tomando decisiones en nuestro día a día para prevenir y reducir la contaminación. Detalles como desplazarnos a pie o en bicicleta en recorridos cortos, utilizar el transporte público y reducir todo lo posible el uso del vehículo particular son de gran ayuda para mantener el buen rumbo que llevamos.

Está en nuestra mano que el aire que respiramos sea de la mejor calidad posible. Los beneficios son innumerables. Por nuestra salud y por la del planeta.

*Consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias

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