
Linden Cameron, de 13 años de edad, permanece hospitalizado en estado grave tras recibir los disparos de un agente de policía de Salt Lake City, en Utah (Estados Unidos), según recogen The Washington Post y El País.
Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes, cuando la madre del adolescente, Golda Barton, llamó al teléfono de emergencias y pidió ayuda para su hijo, quien sufría en ese momento una crisis nerviosa derivada del síndrome de Asperger, un trastorno dentro del espectro autista que padece.
Cuando los agentes se personaron en la vivienda, le pidieron a la madre del joven que esperara fuera; desde allí escuchó, primero, a los agentes diciéndole a su hijo que se pusiera en el suelo y, segundo, los disparos.
Un portavoz de la policía insistió el mismo día de los hechos en que los policías pensaban que Linden Cameron estaba armado. “¿Por qué no usaron una pistola taser? ¿o una pelota de goma?”, se cuestiona Golda Barton.
Por su parte, el alcalde de Salt Lake City, el demócrata Erin Mendenhall, afirmó en un comunicado que “no importan las circunstancias, lo sucedido el viernes es una tragedia y espero que se lleve con celeridad y de manera transparente por el bien de todos los implicados”.