después del paréntesis

Turismo

Se despliega una página en el periódico El País: Islas Canarias: bienvenido a la tranquilidad. Explican ahí lo que somos como destino turístico: paisajes, gastronomía, playas, clima… Esas condiciones, en el trance de la dicha ‘tranquilidad’, son las que nos presentan ante el mundo. Por eso millares de personas de Europa, del mundo y de España nos eligen. Pero, ¿la industria más importante de las Islas de la Fortuna solo ha de reconocerse por esas condiciones superficiales? No del todo, cabe responder. Si miramos a nuestro alrededor, habremos de recapacitar. Un caso eximio, Nueva Zelanda; cómo han hecho muy productivo su hondo y sistemático principio de conservación. Nuestro panorama se confunde con actuaciones a la par de lamentables. Ocurre con la reconversión de las costas y el tipo de turismo que ahí llega. Y por eso atendemos a los límites del orden contrario: Lanzarote (aunque no del todo), Fuerteventura y, sobre todo, El Hierro. Lo que proclama esa enunciación es el modelo; modelo que no queda del todo claro aquí. Cuento una anécdota. Hace tiempo invite a la ULL al escritor y editor italiano Roberto Calasso. Cuando se enfrentó a mí en el aeropuerto, la primera palabra que me dijo fue “laurisilva, laurisilva, laurisilva…” Calasso tenía noticias de una de las maravillas vegetales más primorosas del planeta y eso era lo primero que en esta isla quería ver y tocar. Eso, no las playas donde se bañan los niños que algún escritor español otrora me demandó. ¿Es un sustento turístico la laurisilva de Tenerife? No. Mas ahí se atrinchera nuestra existencia. Es decir, eso y monumentos naturales indeclinables o rincones primorosos, irremplazables y extraños. Lo que André Breton cantó: “¡arena negra!” ¿Qué le proponemos a quienes nos visitan?, ¿sol y playa? ¿No sería mejor argüir que contemplarán y disfrutarán de primores que no descubrirán en otro lugar del mundo? Lo que se prueba es que el turismo de calidad vive solo por lo exclusivo; lo exclusivo es lo que retiene.

Y lo que la historia prueba es que para el caso los procesos circunstanciales condicionan. Frente a lo que ocurrió con los destinos de Oriente Medio en conflicto, Canarias es Europa en África. Eso prima; eso es una especialidad. Por lo cual dicho, la COVID dictamina y si no se opera en consecuencia y con ambición puede sentenciar. Canarias es imagen, imagen a sancionar. No se trata tanto de cuantificar cuanto de imponer el ideal. ¿Cuándo comenzaremos?

TE PUEDE INTERESAR