visiones atlánticas

Ingleses en el Puerto de la Cruz

Del Puerto de La Orotava tenemos noticias desde la conquista en 1502. El Valle fue clave en la ocupación, donde las conexiones por mar eran esenciales para su control militar. Se mantienen comercialmente, hasta la llegada de las carreteras en el siglo XX. Con el puerto de Garachico enterrado bajo el volcán en 1706, basculó la actividad hacia el Puerto, hasta que en 1723 se trasladó su Comandancia General a Santa Cruz. Se localizó en inicio junto al barranco de San Felipe, defendido por su fortaleza, y pasó luego al puerto pesquero, con la batería de Santa Bárbara.

Era soporte del comercio de exportación, recibiendo los productos manufacturados y como base de las emigraciones a las Américas. Reforzó la estrategia el conocido Tributo de Sangre, aprobado por real Cédula de 1678 del último Austria, Carlos II el Hechizado. Por cada 100 toneladas de mercancía exportada debían embarcarse 5 familias para América. El Puerto de la Cruz inició su separación de La Orotava a principios del siglo XVIII, con alcalde pedáneo primero y una Corporación municipal en 1772. Sería en 1808, que alcanzó la autonomía municipal plena y mantuvo conflicto de ámbito municipal con La Orotava hasta 1847. La presencia inglesa en el Puerto se produce ya en 1550. Con el cultivo del vino, con altibajos, hasta principios del siglo XIX. Tuvo su impulso con el cierre de Garachico y singularmente con la Ley de Puertos Francos de 1852, que liberalizó en Canarias la entrada y salida de mercancías. Era la defunción del antiguo régimen socioeconómico heredado de la Conquista y de la colonización. Canarias se situó como base de suministros y mercancías para América, África y Europa y en el tráfico de pasajeros tricontinental.

A partir de mediados del XIX, aparece en el Valle y Puerto el turismo inglés. Iniciado en temporadas de invierno como “turismo de salud”, huyendo de la tuberculosis. Será el periodo entre 1880 y 1920 el de mayor impulso de la colonia inglesa, con el comercio de exportación del plátano y entrada de mercancías, en plena época victoriana. Se produce un fenómeno de britanización en el Puerto de la Cruz, Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria. En el periodo 1900-1920, los ingleses representan más del 70% de la inversión extranjera, cuando España no llega al 5% y de 4.000 vecinos del Puerto 500 eran ingleses. Burguesías locales integradas, que se identifican en el Puerto de la Cruz, con su cementerio e iglesia anglicana, con la Orotava Library, el Orotava Bowling and Recreation Club y su periódico, The Tenerife News: en Santa Cruz, con el Barrio de los Hoteles y la iglesia de Saint George, y en Las Palmas, con su Ciudad Jardín y su iglesia Holy Trinity.
El cementerio y su iglesia consolidan la identidad inglesa del Puerto. El cementerio, según su portada, data de 1757 con Carlos III Rey de España. Se hizo luego del Tratado de Utrecht (1717) , final de la Guerra de Sucesión española. Puede ser el cementerio “no católico” en uso más antiguo de España. La iglesia anglicana All Saints se ejecutó sobre terrenos cedidos en 1888 por la Compañía del Hotel Taoro. Inició obras en 1890 y fue consagrado en 1893 por el obispo de Sierra Leona. En estilo neogótico del Early English, se construye con las donaciones de los ingleses y de Londres. La Asociación Anglicana del Puerto de la Cruz, con estatutos desde 1896, gestiona iglesia y cementerio. Hoy sigue activa con servicios religiosos los sábados y con el mercadillo los últimos sábados de mes. Representa el valor de un turismo iniciado hace 200 años y la única “colonia inglesa histórica” que pervive en Canarias.

El wisky, la cerveza y el té; mobiliario, loza, cuberterías y vestidos; el pavo relleno y la tarta Reina Victoria, el juego del croquet, la vegetación urbana, arbolado, flores y césped; usos, costumbres e idioma; herencia de nuestros ingleses del Puerto de la Cruz y de Canarias.

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