Los conflictos se producen al borde de fronteras físicas, políticas, simbólicas, de religión, lengua, poder o riqueza, donde presionan fuerzas de ósmosis inversa. Nos situamos en el conflicto de Armenia-Azerbaiyán, tan lejos como cerca, al ofrecernos una frontera donde confluyen, historia, religión, imperios y lenguas. Paul Collier en El Club de la Miseria (2008), inglés, directivo del Banco Mundial, pionero en el análisis de guerras civiles y democracias, es autor de la teoría de los “estados fallidos”. Que se enfrentan a cuatro trampas a eludir, la trampa del “conflicto”, la trampa de los “recursos naturales”, la trampa de los “malos vecinos sin salida al mar” y la trampa de un “mal gobierno en un país pequeño”. Llevan las trampas a convertir a los países en “fallidos” y a quienes no lo son, descender en la escala del progreso. Ciertas condiciones te hacen proclive a la guerra civil y son recurrentes. Aparecen políticos indeseables que prosperan atizando el odio.
Traemos el ejemplo de Armenia -Azerbaiyán, hoy miembros de la ONU, países resultado de los imperios coloniales tras la I Guerra Mundial, incorporados al imperio comunista de la URSS en 1922, que a la caída del muro de Berlín con Gorvachov en 1989, se independizaron en 1991. Aprisionados entre los imperios otomano y ruso, perdió Armenia su salida al Mar Negro y los kurdos el estado prometido por Wilson. Entre 1915-1923, Armenia fue víctima del genocidio turco, más de un millón de muertos y otro de refugiados. Concluyó con la fundación de la actual República Turca de Kemal Ataturk, en 1923. El Cáucaso incluye tres repúblicas independientes en el sur, Armenia, Azerbaiyán y Georgia y siete más al norte, como repúblicas autónomas de Rusia, herencia de las etnias, religiones y lenguas de la historia.
Armenia quedó reducida a unos 30.000 kilómetros cuadrados, menor que Extremadura, sin costa al Mar Negro, con 3,2 millones de habitantes, y capital en Ereván 1,1 millones de habitantes. República parlamentaria, con religión cristiana apostólica amenia. Hablan armenio, ruso e inglés. Mantienen en la diáspora 8 millones, en Rusia, América del Norte, Siria y Líbano, Turquía, UE-Francia y Suramérica. Se mantienen con las remesas de emigrantes y las ayudas de Rusia, UE y EE.UU. Son armenios de la diáspora Charles Aznavour, francés; Ara Malikian, libanés; Petrosian, ajedrecista ruso, y Gary Kasparov, ajedrecista de madre armenia en el Bakú azerí. Mantiene guerra civil en la región de Nagorko-Karabaj, república de Artsaj autónoma de Azerbaiyán, con mayoría de población armenia y cristiana.
Azerbaiyán, república presidencialista desde 1991, tiene 86.600 kilómetros cuadrados, el tamaño de Andalucía y 9,98 millones de habitantes;17.800 dólares de renta per cápita y 172.000 millones de dólares de PIB. Tres veces más población y 13,5 veces más renta que Armenia. Capital en Bakú con 2,5 millones. Musulmanes chiítas como el vecino Irán. Hablan azerí, ruso, armenio, kurdo e inglés. A su interno sus repúblicas autónomas de Najicheván de mayoría kurda, desgajada junto a Turquía, y Nagorno Karajab, englobada en ella. El drama kurdo tensiona la región, la mayor minoría sin estado, con más de 50 millones de hb, dispersos entre Turquía, Siria, Irak, Irán, Azerbaiyán y la diáspora; musulmanes sunníes. Cuyo estado fue suprimido por el Tratado de Lausana en 1923, ante la presión turca de Kemal Ataturk. Como potencia petrolífera Azerbaiyán no es un estado fallido, es apoyado por Turquía e Irán y mantiene “trampas” de guerra civil, recursos naturales, malos vecinos, mal gobierno y país pequeño.
Del conflicto para España lo que debemos evitar de los “estados fallidos”, pleitos guerra civilistas, malas vecindades internas y la trampa del mal gobierno, que se ejerce atizando odios ya superados, de guerra civil, nación,escuela, religión e idioma. Nos dice Paul Collier que estos conflictos tardan 60 años en superarse.