No sólo por lo comido, que fue muy bueno, sino también por lo bebido, que fue mejor. Magnífica jornada pasamos Paco González Yanes, el anfitrión; Juan-Manuel García Ramos y yo, con los escritores venezolanos don Luis Pastori y don Luis Guevara Manosalva, este último casado con una orotavense, Flor Núñez. Ocurrió en los 90 en el restaurante Da Güido, en Caracas, en la avenida Francisco Solano, cerca del frecuentado Urrutia de Sabana Grande. Acabo de consultar un libro, Las mil cien mejores poesías de la Lengua Castellana, donde aparecen varias de don Luis Pastori, economista, vicepresidente del Banco Central de Venezuela, académico de la Lengua. Una de ellas empieza: “Por la jirafa, que aspira a morder la Luna…”. Don Luis Guevara es también autor de obras y artículos de mucho éxito. Ambos han muerto; Pastori en 2003. Era suegro del guerrillero de las FALN, periodista y político Teodoro Petkoff, fundador del diario Tal Cual, que con tanta valentía ha combatido al chavismo. También murió. En la redacción de Tal Cual estuvimos Juan-Manuel y yo entrevistando a Petkoff, que nos hizo una síntesis magnífica de la situación de Venezuela. Fue distinguido, en 2015, con el prestigioso premio Ortega y Gasset. Volviendo a aquella comida, inevitablemente salieron a relucir las bondades del whisky, con varias botellas de Buchanan´s de 18 años sobre la mesa. Uno decía: “A mí el whisky me parece bueno para la tensión”; y otro: “Yo he oído que efectivamente regula la tensión”. En esto que se escucha la voz de don Luis Pastori: “Pues a mí el whisky me llama la atención”. Y se mandó un buche. Fue una jornada tan agradable, con los dos maestros de la literatura de Venezuela en la mesa, que no nos daban ganas de irnos y abandonamos el Da Güido de noche, entonados (en Venezuela el whisky no carga jamás del todo). ¿Cómo no voy a echar de menos Caracas?