tribuna

Atalanta y la contribución española a la seguridad marítima en el Cuerno de África (y II)

esde el 29 de marzo de 2019, España asumió el liderazgo de la misión (el comandante operacional es un general de división de Infantería de Marina español) y el Cuartel General Operacional de Atalanta, a consecuencia del brexit, fue trasladado desde Northwood (Reino Unido) a la Base Naval de Rota. Reino Unido fue sede del Cuartel General de Atalanta desde el lanzamiento de la operación en 2009, y España -con un enorme esfuerzo humano, económico y logístico- presentó su candidatura para relevar a Reino Unido, recibiendo el apoyo unánime de la Unión Europea.
El mandato de la misión Atalanta contempla cuatro misiones diferentes, pero muy interrelacionadas entre sí: la protección de los buques de transporte de ayuda humanitaria del Programa Mundial de Alimentos y de la Misión de la Unión Africana en Somalia, así como del tráfico marítimo vulnerable; la disuasión, prevención y represión de los actos de piratería y robo armado en la mar; la monitorización de las actividades de pesca en la costa de Somalia, y el apoyo a otras misiones y organizaciones internacionales que trabajan para mejorar la seguridad marítima y la capacidad en la región.
El área de operaciones de Atalanta se extiende a lo largo de aguas que comprenden, además de una gran superficie del océano Índico -que cubre la costa somalí, las islas Seychelles, Mauricio y el archipiélago de las Comoras-, la parte sur del mar Rojo y el golfo de Adén. De hecho, es una lámina de agua gigantesca: unos 8,7 millones de kilómetros cuadrados (dieciséis veces la superficie de la península aproximadamente). Ese es precisamente uno de los grandes retos de la operación, habida cuenta del reducido número de unidades aeronavales que operan en la zona.
Sirva como curiosidad que el último incidente producido fue el anuncio en redes sociales de que un buque mercante había sido secuestrado por piratas este pasado mes de agosto. No era cierto, y tuvo que ser oficialmente desmentido. Gracias a la labor de la fragata Santa María y de un avión de patrulla marítima japonés, que fueron desplegados a las inmediaciones del buque mercante, fue posible verificar fehacientemente que el incidente se trataba de una avería técnica que afectaba a la maniobrabilidad del buque, y que por lo tanto no se trataba de un caso de piratería. Más allá de este suceso puntual, el gran reto de fondo al que se enfrenta la Operación Atalanta no se encuentra en la mar, sino en tierra. La inestabilidad geopolítica, la pobreza y la desigualdad social de los países ribereños son la principal causa de los actos delictivos en la mar. De esta forma, y si bien el número de incidentes ha descendido muy significativamente en los últimos años (en 2011 se registraron 736 secuestros y 32 buques retenidos por piratas), hasta que no se consiga erradicar la pobreza y la estabilidad en la región no se podrá garantizar la total seguridad en la mar. Por tanto, y como se subraya siempre en todos los niveles políticos, operativos y tácticos; la piratería -en gran medida, gracias a la Operación Atalanta- está “contenida, pero no erradicada”. Hasta que todo no esté solucionado en tierra, no habrá seguridad plena en la mar. La Estrategia de Seguridad Nacional 2017 recoge la importancia de construir entornos estables con una aproximación integral y en el marco de la cooperación internacional en una región de tanta relevancia estratégica como es el Cuerno de África.
Me parece algo muy importante y significativo que España sea el único Estado miembro de la Unión Europea que ha estado y está en todas las misiones conjuntas desde 2003 (cuando se lanzó la primera misión de la UE en el exterior, la Operación Concordia en Macedonia). Eso habla de nuestro compromiso con la Unión y de la clara apuesta de nuestro país por las estrategias de mantenimiento de la paz.
De hecho, y desde hace años, España es el país con la mayor contribución a operaciones y misiones en el exterior. La aportación de España ha llegado a alcanzar el 27% del total de los efectivos militares de la UE en el exterior. En la actualidad, se mantiene por encima del 20%, es decir, que uno de cada cinco soldados o cuerpos de seguridad en operaciones conjuntas de la Unión Europea siempre es español.
Se habla siempre de lo que nos da Europa, de las ayudas y el esfuerzo que hace con nosotros, uno de los llamados países del Sur, pero creo fundamental poner en valor lo que nosotros estamos siendo capaces de aportar en este ámbito, y además hacerlo de forma constante.

*Director general de Casa África

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