Navidades

Según los analistas, se sustancia la pérdida en el año presente de mucho dinero por la Lotería de Navidad. La gente no comprará como en las ocasiones precedentes. ¿A qué alcanza ese disgusto, a que los vecinos por fin se han percatado de que hay muy pocas probabilidades de alcanzar premio o a que el bichito aprieta y no es cuestión de hacer cola ante la administración tal? Doña Manolita pedirá las compensaciones pertinentes al Gobierno. Porque ante esas nos encontramos, el suspender lo que ha sido norma durante muchísimo tiempo. El que Cristo haya muerto ha de ser restituido; habremos de recordarlo ab aeternum. Es decir, por el Nacimiento han de proliferar las reuniones y encuentros, por más desplazamientos que hasta la casa central se hayan de producir desde lugares encontrados del mundo. Eso se suspende. Luego, la Navidad en un punto de fragor que resulta irreconocible. ¿Se impondrá la cordura que se anuncia? No por costumbre, sino porque el ser es el ser y nadie ha de contradecirlo, al dicho bichito de todos los demonios.
Dos en su punto, pues: suspensión o desobediencia. ¿No será posible, Estado en reconocimiento, poner un policía en cada casa? De otra, ¿y si nos asaltan por sorpresa?
Dos en su punto, ya digo: epifanías por Internet o disminuidas y con mascarilla. De lo cual se deduce que tampoco se sabe si el menú correspondiente ha de sufrir cambios considerables. Por ejemplo, dos langostinos y no cuatro, conejo de huerta antes que cochinillo y no digamos los turrones.
Esas tenemos, la malformación del ingenio, la prueba del rigor por lo que estamos padeciendo a la espera de la vacuna. La cual esperamos que sea para bien a fin de que las fiestas vuelvan a ser fiestas y el fútbol también.
Fuera del rango, lo resolutivo. El bailecito después de comer, algunos apretaditos, o la ocurrencia pródiga del cuñado de todas las vacaciones de invierno. Cosa tal. Todos juntos incluido el susodicho, la prueba de la excepción que se cumple.
Es decir, hay cosas que no tienen remedio. La vacuna llegó tarde, pese a los éxitos de Trump. Gobiernos más diligentes con científicos en la labor. Ese es el asunto.