superconfidencial

¿Qué les cuento?

Me han llegado paquetes de China: bueno, bonito, barato, como decían los viejos moros vendedores callejeros de los primeros tiempos de mi infancia. He desinfectado los paquetes con un espray de Mercadona que dicen que es muy eficaz. He pedido, como es habitual, las cosas más absurdas: una maleta para documentos, unas tapas para los pitorros de las gomas con el logo, una caja de pañuelos y esas cosas que puedo encontrar aquí, a la vuelta de la esquina. Mis gustos y mis necesidades se quedaron paradas en el tiempo. Ahora me hace ilusión cualquier cosa, incluso que mis hijas me traigan una cesta de aguacates, que por cierto están muy buenos. Como he adelgazado y mi estómago se ha reducido, ya no tengo esa gran necesidad de abastecerme y sólo bebo agua Evian y Coca-Cola zero y como cebollas, huevos y papas que me suministran de un supermercado cercano, que tiene nombre de dinosaurio. Es decir, que el alimento y la bebida van de dinosaurio a dinosaurio. Ha venido la señorita cartera, como siempre muy temprano, a traerme la paquetería china, que mi sobrino ha pedido a AliExpress, que debe ser una de esas empresas de distribución mundial, porque yo no domino el nomenclátor de Internet; aunque, eso sí, pecunia mia, es decir, a mis expensas, porque cuando tú le das un euro a mi sobrino Jorge ese euro nunca más ve la luz. Escribo calamo currente porque tengo que entregar el puto folio y pensé que a ustedes les podrían interesar estas cosas, más por curiosidad que por otra cosa. Me han dicho que han recluido a Sánchez. Lo siento, pero será mejor así porque ya no dirá más gilipolladas. Cacatio matutina est tamquam medicina (cagar por la mañana es como una medicina) y así pongo el toque escatológico al final de mi alegato.

TE PUEDE INTERESAR