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La retórica conspiratoria de Trump culmina en un asalto al Capitolio

Cientos de simpatizantes del presidente saliente de Estados Unidos protagonizan una insurrección sin precedentes en el corazón de la democracia norteamericana, mientras se votaba la elección de Biden
Las imágenes del asalto al Capitolio que mantiene en vilo a Estados Unidos

Semanas de repudias infundadas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra el resultado de las elecciones de 3 de noviembre han desembocado en un escenario de caos y violencia en la capital del país, Washington D.C., donde cientos de simpatizantes del mandatario han protagonizado un estrambótico asalto contra el Capitolio, repudiado por la práctica totalidad del espectro político, en lo que supone la traducción más importante de la retórica conspiranoica abanderada por el dirigente estadounidense a pocos días de su salida del poder, y que se ha saldado por el momento con una mujer fallecida.
El asalto comenzó en torno a las 20:30 de ayer, dos horas después de que el mandatario estadounidense (pato cojo, en la jerga política) compareciera ante sus simpatizantes para proclamarse como ganador de los comicios y reiterara, en su estrambótico desafío, que “jamás iba a reconocer la derrota” ante Joe Biden, en un día, además, en el que su Partido Republicano había perdido el control del Senado tras la victoria de los dos candidatos demócratas en el Estado de Georgia: Raphael Warnock y Jon Ossoff.
“Hemos ganado de manera aplastante”, profirió ante unos asistentes encendidos desde hace dos semanas, tras el primer anuncio de la convocatoria, y después de días en los que el presidente había retransmitido a través de su prolífica cuenta de Twitter varios mensajes procedentes de teóricos de la conspiración sobre el infundado “robo” electoral. Se dirigió a sus simpatizantes tras protagonizar, entre bambalinas, el enésimo altercado con el Partido Republicano, en particular con su figura más prominente en la Casa Blanca, el vicepresidente, Mike Pence, su último baluarte para anular el resultado electoral. Según fuentes de CNN, Pence se habría negado a aceptar la petición de Trump para que rechazara la votación de los delegados del Colegio Electoral que certificaría a victoria de Biden, en lo que supondría la ruptura definitiva con su partido, a pesar del presunto respaldo de 150 legisladores republicanos, encabezados por el senador por Texas, Ted Cruz, para repudiar los resultados de los comicios. El propio Cruz ha condenado los disturbios, en el final de todos los caminos de Trump para arrogarse la victoria electoral.
Dos horas después del discurso de Trump, cientos de manifestantes atravesaron las barreras policiales e irrumpieron en el Capitolio en el mismo momento que los senadores debatían la votación que certificaba la victoria de Biden. Sin intervención alguna de las autoridades, manifestantes (muchos de ellos, disfrazados) entraron en las instalaciones de la sede del Congreso norteamericano, entre ellas la oficina de la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La Policía lanzó bombas de humo a los asaltantes, sin éxito, y los senadores se veían obligados a interrumpir los procedimientos. Los diputados aguardaron en el interior de la Cámara, tendidos en el suelo y con mascarillas de gas. Finalmente, la sala fue evacuada y los manifestantes procedieron a campar a sus anchas por todo el lugar hasta las 23:15 horas, cuando la Policía consiguió desalojar a la multitud, concentrada después, a la caída del sol en las escaleras del edificio. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, impuso un toque de queda en la ciudad entre las 18:00 horas y las 6:00. Por su parte, Trump solicitó “por favor” apoyo para la Policía del Capitolio y las fuerzas de seguridad estadounidenses. Rogaba a sus simpatizantes que abandonaran el Capitolio sin renunciar en ningún momento a la tesis del “robo” electoral. Por su parte, el presidente electo lo emplazó a defender la Constitución: “No es una protesta. Esto es una insurrección”. Biden instó a Trump a “dar la cara” en televisión y “pedir el fin de este asedio” protagonizado por la “turba” de seguidores del presidente saliente.
Biden reprochó a los asaltantes este “ataque al “Estado de derecho” perpetrado en Washington, “bastión de la libertad”.
Inmediatamente después, Donald Trump compareció ante la población a través de un vídeo publicado en Twitter, con un taimado mensaje a sus fieles, a quienes invitó a irse a casa, entre palabras de reconocimiento para ellos: “Sois muy especiales. Sé que sufrís”.

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