Un desalojo de más de un centenar de personas que estaban de fiesta en un restaurante de La Laguna, el precinto de un bar en la Costa del Silencio donde se ofrecían actuaciones en vivo y se congregaban hasta medio centenar de clientes o la disolución de una fiesta ilegal en Corralejo en la que participaban 50 jóvenes, en su mayoría turistas, son los últimos ejemplos de incivismo en Canarias por parte de quienes parecen vivir en otro planeta ajeno al que registra cada día decenas de muertes por la pandemia más voraz del último siglo.
Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, Tenerife presenta sus credenciales para escalar al nivel 3 de alerta (ayer lideró los contagios en el Archipiélago con 102 positivos más), lo cual supondría un nuevo varapalo para bares y restaurantes que se las ven y se las desean para mantenerse a flote. La mejor noticia la aportó ayer la ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunciando que en abril llegarán 4,8 millones de dosis de la vacuna de Pfizer, lo que hace augurar que los mayores de 45 años estarán vacunados antes del verano.
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