Gloria, una mujer de 60 años, vive desde hace dos años, en el cuarto de la azotea de un edificio en Ingenio. Este pequeño inmueble, según relata su abogado, se encuentra en el edificio en el que vive exmarido, que es uno de los que han gestionado el desahucio.
Según Canarias 7, el desalojo, con fecha para este viernes 28 de mayo, se podría producir mientras su expareja incumple una sentencia del 24 de febrero de 2020, dictada por el Juzgado de Primera Instancia nº 3 de Telde, que suprimía al esposo la atribución del uso y disfrute del domicilio familiar, situado en el número 29 de la calle Pancho Guerra, en Carrizal.
En su día se le otorgó, aclara el letrado, porque tenía la guardia y custodia del único hijo de los tres que comparten que era menor de edad. Al hacerse mayor, pidió una modificación de medidas y esa casa, “que pagaron juntos”, ya no es de su disfrute exclusivo. Asegura el abogado, que la mujer tiene derecho a residir en ella. Y si no lo ha hecho hasta ahora es porque prefería la azotea a tener que convivir con él. Entre otras deficiencias, el techo del cuarto es de uralita, considerado material tóxico, y usa como aseo una simple garrafa.
Estos días, la mujer presentó una denuncia contra su exmarido porque entiende que recibe coacciones por parte su ex. Y es que la mujer alega que le impide acceder a la vivienda familiar y que se ha negado a facilitarle una copia de la llave.
El abogado ha pedido una suspensión del desahucio. Entiende que de no suspenderlo, “se está otorgando apariencia de buen derecho a un presunto maltratador, a un hombre que impide que su expareja utilice su vivienda otorgada por otro juzgado”.
Además añade que la mujer se encuentra en una “situación de desamparo”, pues “no cuenta con otra vivienda” ni “con ingresos para hacer frente a ningún tipo de alquiler”.
