En 1988 fallecía a los 78 años el compositor lagunero Julio Navarro Grau. A partir de ahí, la obra de uno de los autores más significativos de la música clásica del siglo XX gestada en las Islas se vio envuelta por el silencio. Más allá de episódicas interpretaciones que no han condenado del todo al olvido esas partituras, resulta paradójico que la música que en su día recorrió el Archipiélago y viajó por la Península dejase de escucharse.
Pese a ello, no han faltado las personas interesadas en remediar esta ausencia. Y entre ellas figuran la contralto tinerfeña Montserrat Giró y Patricio Gutiérrez, director artístico y concertino de la Orquesta de Cámara de Canarias (OCC), quienes llevan tiempo organizando el reestreno del Réquiem en Sí menor de Julio Navarro Grau, que se presentó por primera vez al público en 1972. Pero lograr llevar a cabo esta iniciativa no está siendo nada fácil.
‘MISA EN RE MENOR’
En principio, la idea era aún más ambiciosa. Interpretar el 15 de agosto en la Basílica de Candelaria, coincidiendo con la festividad de la Virgen, la Misa en Re menor (1969) que Julio Navarro compuso en honor de la patrona de Canarias, y ofrecer en septiembre su Réquiem en la Catedral de La Laguna, en un concierto en memoria de las víctimas de la COVID-19. Si bien, tal y como refieren Giró y Gutiérrez, tanto el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, como los representantes de los ayuntamientos de Candelaria y La Laguna recibieron con entusiasmo esta propuesta, no ha sido así en el caso de los responsables del Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias. De manera que ante su tímida receptividad, y la imposibilidad de organizar el concierto en la Villa Mariana “de un día para otro”, esa primera fecha prácticamente ya está cancelada.
“Tuvimos una reunión online con el director insular de Cultura, Alejandro Krawietz”, explica Patricio Gutiérrez, “quien acogió muy bien la propuesta y señaló que lo adecuado era que colaborasen todas las administraciones, el Gobierno regional, el Cabildo y los ayuntamientos de los municipios sede de los conciertos, además del Obispado de Tenerife, con las que habría que ponerse de acuerdo”. “Luego, cuando pasamos el presupuesto de lo que supondría llevarlos a cabo, en el Cabildo nos dijeron que no se podían hacer cargo de esa cantidad. De modo que intuimos que no había existido ningún contacto entre la Corporación insular, el Gobierno de Canarias y los ayuntamientos”, apostilla el director artístico de la OCC, quien apunta que hasta hoy les ha sido imposible entrevistarse con el viceconsejero regional de Cultura, Juan Márquez.
Patricio Gutiérrez hace hincapié en que el coste de la iniciativa, que requiere una orquesta al completo, un coro y solistas, no representa una cantidad desproporcionada, sobre todo si se tiene en cuenta que lo asumirían varias administraciones públicas, y resulta “ridículo” si se compara con el caché de cualquier orquesta profesional. “Y en esas estamos, a la espera de que se resuelva este asunto y que la solución llegue a tiempo”, explica.
El director artístico de la OCC detalla que este proyecto le llegó, por mediación a su vez del pianista lagunero Guillermo González, Premio Nacional de Música en 1991, a través de Montserrat Giró, “que lidera el proceso de recuperación de la obra de Julio Navarro Grau”. Giró, que siendo muy joven participó en una interpretación de la Misa en Re menor en la Catedral de La Laguna, se embarcó en su momento en la tarea de buscar las partituras del compositor “por archivos de todo el país, ya que no se encontraban por ningún sitio”. Finalmente, en 2010 logró dar con ellas en una casa de la familia del compositor. “Cuando me hallé ante esas cajas y pude ver y tocar con mis manos la obra de Julio Navarro, viví un momento muy especial”, señala la contralto canaria.
A partir de ahí, transmitió a la familia, “que en todo momento ha actuado con enorme generosidad hacia el legado de Julio Navarro”, la necesidad de que esas partituras y otros documentos estuviesen al alcance de todos y se garantizase su preservación. Este legado se halla hoy en el Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, que trabaja en su catalogación.
“Julio Navarro es uno de los compositores del siglo XX más importantes de Canarias, junto con Falcón Sanabria y Lothar Siemens, dentro de la gran suerte de contar en las Islas con otros muchos autores relevantes”, subraya, “y he tenido el honor de trabajar con los tres”. Giró menciona composiciones como la Sinfonía canaria, el oratorio ¿Por qué rezamos? o su Concierto de Navidad para guitarra y orquesta. De igual manera, destaca la evolución que se percibe entre la Misa en Re menor a la Virgen de Candelaria y el Réquiem en Si menor. “Solo pasan tres años entre una composición y otra, pero en ese tiempo Julio Navarro crece mucho como artista”, expone.
LA OCC
La primera etapa de la Orquesta de Cámara de Canarias (OCC) transcurre de 1935 a 1970, cuando dio paso a la Sinfónica de Tenerife. Muchos años después, en 2017, Patricio Gutiérrez inicia su tesis sobre la OCC. “En plena labor de documentación nos planteamos la idea, dentro de la Universidad de La Laguna, de recuperar la orquesta como tal, a imagen y semejanza de lo que se hizo, por ejemplo, con la Orquesta Filarmónica de Madrid. En noviembre de 2019 celebramos el concierto de refundación en el Guimerá”, detalla su director artístico.
Gutiérrez no oculta las dificultades con las que se han encontrado en el trascurso de esta iniciativa de “recuperación musicológica”. Además de la pandemia, de la que el mundo de la cultura tampoco ha escapado, el concertino de la OCC lamenta que en la búsqueda de apoyos en muchos casos no se entienda el interés que reviste esta formación: “Estamos hablando de una de las primeras orquestas de cámara que se forman en España en el siglo XX, tras la Bética de Cámara de Sevilla, que crea en 1924 Manuel de Falla con Ernesto Halffter de director”, subraya, y también recalca las “enormes diferencias que hay” entre una formación de cámara y una orquesta sinfónica, algo que, apunta, genera también confusión en ese intento de lograr ayuda.
Contar con un calendario de conciertos en la Sala de Cámara del Auditorio de Tenerife, al igual que otros proyectos musicales, o que el Teatro Guimerá se convierta en la sede estable de la OCC, “pues fue allí donde desarrolló toda su historia”, son algunos de los “sueños” que tienen en la Orquesta de Cámara de Canarias. “Pero no nos quejamos”, puntualiza Patricio Gutiérrez. “Acabamos de firmar un convenio con la Universidad de La Laguna que nos abre nuevas posibilidades, porque el elemento pedagógico es también algo muy importante para nosotros”. “Estamos convencidos de que existe un espacio para esta orquesta en la actividad cultural de Tenerife y de Canarias”.