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Las ayudas de Cruz Roja crecen más del 50% en un año en el Sur

“Cada vez llegan personas más jóvenes que han perdido su trabajo y han agotado sus ahorros”, asegura José Luis Camisón, director técnico de la organización en Abona
Cruz Roja atendió en el último año a más de 6.700 familias en Arona, Granadilla, San Miguel, Arico y Vilaflor.
“Cada vez llegan personas más jóvenes que han perdido su trabajo y han agotado sus ahorros”, asegura José Luis Camisón, director técnico de la organización en Abona
José Luis Camisón, director técnico de Cruz Roja en Abona. J.C.M.

La cola del hambre no deja de crecer en el sur de Tenerife, a la espera de que los aviones cargados de turistas vuelvan a aterrizar en los próximos meses en el Reina Sofía y los hoteles se empiecen a llenar de vida.


La última memoria de la Asamblea Comarcal de Abona de Cruz Roja, que recoge las necesidades atendidas en los municipios de Arona, Granadilla de Abona, San Miguel de Abona, Arico y Vilaflor en 2020 revela un incremento sin precedentes de las ayudas de hasta el 53 por ciento respecto al año anterior.


La crisis sanitaria y la falta de empleo, con numerosos trabajadores en situación de ERTE por el cierre de la planta hotelera, han disparado las peticiones de auxilio, pero lo más llamativo –y preocupante– es que el perfil de quienes tocan, desesperados, a las puertas de las ONG y los Servicios Sociales de los ayuntamientos ha “cambiado por completo”, en palabras de José Luis Camisón, director técnico de la comarca de Abona de Cruz Roja.


“Son cada vez más jóvenes, personas de entre 20 y 50 años que tenían trabajo hasta hace unos meses y nunca se habían acercado a pedir nada; en cambio, ahora no les queda otro remedio”, asegura Camisón, que califica de “enorme” la demanda de familias que, casi de la noche a la mañana, han perdido su empleo y no disponen de ahorros.


“Lo que más impacta es que llegan con un sentimiento de vergüenza increíble, diciéndonos que nunca se han visto en esta situación y no saben lo que tienen que hacer o qué documentación presentar”, explicó.
“Lo único que sé es que ya no tengo que darle de comer a mis hijos”, suele ser la frase más repetida por parte de personas jóvenes que no pueden esperar “un mes y medio o dos meses” para acceder a una ayuda municipal.


José Luis Camisón advierte de que “el retraso de las ayudas de las administraciones públicas provoca que las familias sean cada vez más vulnerables, por eso es fundamental una mayor agilidad”, recuerda, tras constatar que cada vez son más las familias con menores a su cargo que no pueden cubrir sus necesidades más básicas.


respuesta de emergencia


La organización humanitaria, como otras ONG, trabaja en red con los Servicios Sociales de los ayuntamientos para dar una respuesta de emergencia a los casos en que los demandantes no pueden recibir el salvavidas municipal, ya sea porque su situación administrativa no lo permite o porque llevan menos de seis meses empadronados.


Cruz Roja atendió el año pasado en Arona, Granadilla de Abona, San Miguel de Abona, Arico y Vilaflor a más de 6.700 familias, que recibieron más de 16.000 entregas de alimentos, productos de higiene, medicamentos, ropa, juguetes y bonos de transporte gracias al Plan Responde puesto en marcha por la organización humanitaria, sufragado con sus propios fondos y a través de donaciones de entidades bancarias como Caixabank, hoteles y cooperativas, entre otros sectores, y particulares, que, junto a los casi 3.000 socios y un número de voluntarios que no deja de crecer, han dado una lección de solidaridad.


Las previsiones de Cruz Roja en el Sur no son halagüeñas a corto plazo. “La situación seguirá muy complicada durante un tiempo, hasta que se anime el mercado laboral con la reactivación turística, pero todo se mantendrá igual si no entran ingresos en las casas”, pronostica Camisón, que apostilla su análisis con un dato extraído de las estadísticas que maneja la ONG: “Las atenciones que llevamos este año van en la línea del pasado, que fue crítico y que se caracterizó por la atención, sobre todo, a personas nacionales”.


La mayoría de señales de auxilio llegan de Arona y Granadilla, los municipios de mayor población de la comarca. Solo en el primero de ellos el número de personas sin hogar casi se ha triplicado, como comprueba cada día la Unidad de Emergencia Social, un dispositivo móvil puesto en marcha en colaboración con los Servicios Sociales de Arona, que hasta antes de la pandemia repartía diariamente desayunos, almuerzos y cenas a 40 personas y actualmente ha ampliado su radio de acción hasta los 100 usuarios, que duermen en cuevas y playas. Y la lista de espera no deja de crecer, especialmente en El Fraile, Los Cristianos y Las Américas.


Además de repartir ayudas básicas por toda la comarca, Cruz Roja mantiene dos proyectos de empleo en marcha en el Sur, uno para parados de larga duración y otro para mujeres víctimas de violencia de género, además de un programa de asesoramiento jurídico hasta final de año destinado, sobre todo, a la población inmigrante, sin olvidar los transportes, servicios preventivos y vigilancia en playas, junto a la atención inmediata de los inmigrantes que llegan en cayuco a la Isla, cuyo equipo se incrementará con más técnicos en previsión de que aumenten las llegadas este verano.

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