el charco hondo

Missing

Un buen puñado de situaciones tan sobrevenidas como extraordinarias e inéditas están sucediéndose, del confinamiento a esta parte los retos se acumulan, la normalización coge cuerpo lentamente, los partidos toman partido, se sitúan, asoman, confrontan o tienden la mano, dicen o desdicen, los dirigentes de las distintas formaciones asoman con esto o aquello, pero poco o absolutamente ningún rastro se tiene del PP en las Islas, de lo que piensan, promueven o hacen, nada, del PP de acá apenas se sabe, ni bueno ni lo contrario, ni para bien ni para peor, lo que viene a ser nada de nada, lo suyo sobrevuela la nada concebida como inexistencia o negación del ser y de la política cuando empiezan por no ser nada, el ser y la nada. ¿Dónde está el PP canario? Consta que en sus filas hay gente capaz, con conocimiento de causa, experiencia y ganas. Algunos creemos que al país y a las Islas les interesa un buen PP, uno de gobierno -y de Estado-. El asunto es otro, la cuestión es la nada de nada en la que parecen haberse instalado por decisión o indecisión propia. La cosa del PP de acá es averiguar la razón que los tiene hibernando, sumergidos en un letargo poco estacional, difuminados, alimentando la sensación -certeza, quizá- de que han concluido que lo mejor es limitarse a verlas venir, replegarse, dejar que las cosas pasen a ver si pasa lo que tiene que pasar para que ellos vuelvan a pasar. Nada se sabe de quienes nada parecen querer ser o hacer, qué decir de aquellos que presiden un Cabildo sin soltar un acta de concejal y ni se toman la molestia de ir a un solo pleno en los últimos veinticuatro meses -Mariano Zapata, pongamos-. Nada, de nada. Nada en la oposición, y poca cosa que contar en posición de gobierno o gestión, en la arena de los debates o en la agenda de reconstrucción que estas islas tienen sobre la mesa. Sorprende. Llama la atención que opten por la nada, de nada. Desconcierta que el PP de acá se conforme con verlas venir o que adopte este papel de turista accidental, espectador distraído o actor ensimismado. En el ámbito orgánico y local, en el grupo parlamentario o en las sedes, el PP tiene gente que sabe, conoce y hace, sorprende que regalen a otros partidos el protagonismo, la voz o la iniciativa, que se borren o difuminen, que siembren la sensación de que les vale con esperar acontecimientos en la escena estatal. Dónde están. Qué fue. A qué obedece lo de difuminarse en la nada de nada.

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