Cada vez que llega el verano, uno se hace la misma pregunta: ¿Dónde voy a pasar unos días? Con los tiempos que corren, yo creo que lo mejor es quedarse en casa, aún a riesgo de volverse uno loco. Mis hijas son viajeras impenitentes y quieren llevarme a todas partes con ellas, pero yo creo que lo mejor es permanecer quieto, hasta que el panorama se despeje. También un amigo me ha invitado a Alicante y el viaje es tentador, pero no sé qué hacer, si irme un fin de semana a Benidorm o permanecer en mi entorno y dejar la invitación para más adelante. Hace mucho tiempo que no viajo y, por cierto, he de elogiar el esfuerzo que está haciendo nuestra compañía canaria de aviación, Binter, cubriendo rutas insulares, peninsulares, africanas y europeas, cada vez con mayor frecuencia y variedad de destinos. Yo para viajar elijo Binter, porque parece que estoy subiendo a un avión canario de verdad, cómodo y dirigido a destinos muy adecuados para los isleños. Hace siglos que no veo a Rodolfo Núñez, que no se prodiga mucho en cuanto a presencia en calles (ni yo), pero no me falta tiempo para felicitarlo por lo bien que ha gestionado Binter, incluso en épocas económicas tan dramáticas. Es listo Rudi y aprende lecciones y sabe cómo alejarse de los peligros, aunque en ocasiones los haya rozado. Ha hecho bien en no regresar a la política y se ha convertido en un experto en aviación. La primera revista de la compañía me la confió a mí, en la noche de los tiempos. Luego se la cedí a Iberia, que era la dueña de Binter o así. Ya no. Ahora la empresa pertenece a inversores canarios. ¿Para qué más compañías si ya Canarias tiene la mejor? En fin, que cada cual haga lo que le dé la gana, claro.