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Nicolás Villalobos: “El escenario apocalíptico de turismo cero nunca se me pasó por la cabeza”

Presentes en la Isla de Gran Canaria y en la Costa de Sol, en Mijas (Málaga), los hoteles de la cadena BeCordial son sinónimo de excelencia y calidad. Valedores de varios premios por su elevada estimación de los clientes, los 18 establecimientos pertenecientes a la cadena presumen de prestar el mejor servicio “porque todo lo hacemos con corazón”. Su director general asegura que el último año ha sido especialmente duro, pero, aún así, el grupo ha mantenido todos sus hoteles abiertos a pesar de no haber turistas. “A pesar de no tener los hoteles llenos es mejor que tenerlos cerrados; desde un punto de vista empresarial, ha sido una decisión acertada”, asegura
Nicolás Villalobos. DA

Nicolás Villalobos, director general de la cadena BeCordial. / DA

Nicolás Villalobos. DA

-Primera pregunta obligada ¿cómo ha afrontado la cadena este cierre turístico?
“Pues mal, como el resto de los sectores. Nosotros empezamos a abrir los hoteles desde que lo permitió la desescalada, en julio 2020 y desde esa fecha tenemos toda nuestra planta alojativa abierta y, bueno, capeando el temporal como podemos, pero desde la dignidad de estar abiertos. No le niego que ha sido muy duro, pero también hemos tenido facilidades de las administraciones públicas como por ejemplo la figura de los ERTE o los préstamos ICO que nos ha hecho afrontar de alguna manera los pagos que había que seguir pagando a pesar de estar cerrados. Y ahora tenemos también la esperanza de las ayudas directas a las empresas que nos permitirá recuperar la solvencia de las empresas”.

-¿Qué esperan del verano?
“Pues poco la verdad. En el mejor de los casos el mercado local será el que tire de la temporada unido al mercado nacional, pero dadas las restricciones y la incertidumbre… no soy tan optimista al corto plazo como al largo, de cara al invierno”.

-¿Cómo espera que sean las cifras al cierre del año?
“Si el año pasado perdimos un 70% del tráfico internacional, hay quien estima que la caída, con respecto a 2019, se moderará algo, y la caída estará en torno al 40% o 50%. Todo depende de cómo se reactive el cuarto trimestre y en este sentido, como le dije antes, soy más optimista, no tanto al corto plazo, es decir, al verano, pero si de cara a la temporada de invierno. Aún así no quiero ilusionarme porque sabemos lo traidora que ha sido la pandemia y la severidad de los gobiernos a la hora de tomar decisiones. Lo que hoy es naranja mañana es rojo o verde y lamentablemente el parpadeo del semáforo es constante y como no estoy dispuesto a ponerme delante del semáforo y cogerme unos alegrones tremendos cuando de pone en verde y entristecido cuando se ponga rojo, pues lo que hay que hacer es dejar de estar pendiente de los semáforos y ambicionar que se deje de pintar de colores los mapas y vacunar a toda velocidad a la población. Qué esto no significa que no se vaya a producir un riesgo, pero es como en el trafico ¿no? Si llevas el cinturón sabes que el riesgo sigue existiendo, pero también sabes que es mucho menor”.

¿Se imaginó alguna vez que tendría que ‘echar’ a los turistas de sus hoteles?
“Para nada. Este escenario apocalíptico no se me pasó por la cabeza nunca. Es verdad que habíamos tenido situaciones que, en ese momento, nos parecieron límite como la erupción del volcán islandés que paró el tráfico aéreo y parecía que Canarias se iba a quedar un tiempo sin turistas. La calima tan fuerte que afectó a las Islas justo antes de la pandemia también nos afectó porque de nuevo hubo que cerrar aeropuertos, la quiebra de Thomas Cook… es decir que hemos estado en escenarios que nos parecían terribles, pero que viviendo lo que hemos vivido de meses con los hoteles cerrados son casi anécdotas”.

-Vamos que siempre se puede ir a peor
“Siempre, siempre. Está claro”.

-El destino Canarias no está en crisis. Se trata de una situación coyuntural que cuando se estabilice o aprendamos a vivir con el virus volverá a la normalidad. ¿Nota que la gente quiere viajar?
“Si si, claro. La gente tiene ganas de viajar y de ser feliz y estos traumas y negatividad siempre desembocan en actitudes hedonistas. Ocurrió en la primera Guerra Mundial que después vinieron los felices años 20, así que después de estar en una época negativa, viendo la muerte de cerca, y lo efímeros que somos, la gente lo que quiere, una vez que se pueda, es sentirse vivo otra vez y el placer de la música, el sol, los espacios abiertos… lo que vendrá muy bien para el sector turístico”.

-Además se ha ahorrado. Ha aumentado la capacidad de ahorro de los españoles en un 30%, lo que implica que la gente tiene dinero para gastar dado que en 18 meses prácticamente no han podido salir de sus casas a consumir.
“Efectivamente, ha habido un cierto ahorro y la gente estará dispuesta a salir y consumir y a disfrutar y espero que se empiece a notar más a partir del cuarto trimestre”.

-¿Cree que lo que lo que ha pasado con Reino Unido, que nos quita y pone en su lista ‘negra’ cuando le da la gana, nos ha abierto los ojos para no ser tan dependientes de un solo destino?
“Claro, cuanto más diversificado esté nuestro destino pues menos expuestos estaremos a los vaivenes de un Boris Jonhson, pero bueno también hay realidades subyacentes. Los principales mercados emisores por volumen poblacional, por capacidad de compra… son los que son, y por muy interesante que nos pueda parecer, por ejemplo, Letonia, pues hay cuestiones fundamentales que hacen que Reino Unido sea más importante para los canarios. Sí a la lógica de diversificar los mercados, pero tampoco hay que perder el sentido común y tener en cuenta que existen razones fundamentales para seguir con los principales mercados emisores de las Islas”.

-¿Qué ofrece BeCordial que no ofrezca otro establecimiento hotelero?
“El mínimo común denominador de la cadena es la cordialidad y el corazón. Pero no sólo en el trato al huésped sino porque respetamos mucho el medio ambiente y la sostenibilidad. Prueba de ello es la vertebración de dos pueblos marineros que hemos unido gracias a un paseo marítimo que vincula El Pajar con la playa de Arguinegín, en Gran Canaria, y lo hemos hecho en el marco del desarrollo del Resort Cordial Santa Águeda que es una de las grandes joyas de la cadena que hemos abierto en 2021, y que es un resort y viviendas vacacionales de muy alto estanding; de dos y tres dormitorios. Muchas de ellas con piscina privada. Además, el hecho de que la gente aún no quiera estar rodeada de desconocidos y tener su privacidad está haciendo que tenga mucho éxito”.