Por Salvador Pérez
En tiempo de oros olímpicos, el baloncesto de La Guancha recibió uno muy merecido: la Medalla de Oro de su Ayuntamiento, o sea, la máxima distinción que la Corporación municipal puede ofrecer para un trabajo bien hecho, para un esfuerzo considerable de 50 largos y dificultosos años en pos de mejorar la educación, la cultura y el buen hacer para el presente y el futuro de los jóvenes del pueblo, que siempre han dado lo mejor a través del camino del deporte. La entrega se enmarcó en el programa de las fiestas patronales de la Virgen de la Esperanza, que tuvo variedad y calidad de actos con la pátina de la cultura, la música y el esparcimiento bien entendido. Una gran organización, cada uno en su sitio, un sitio para cada uno hasta completar un aforo de 200 personas, por lo que hay que felicitar al alcalde, Antonio Hernández, y especialmente a la Concejal de Deportes, Verónica Domínguez, junto al equipo del propio club en una noche agosteña con ese clima de los altos isleños cuando en otros lugares el calor aprieta…
Fue en la misma plaza donde empezó todo en el año 1970. Uno conoce el tema a fondo, no en vano escribimos un libro con título original llamado Y primero fue el árbol – 25 años del baloncesto en La Guancha, donde hicimos un amplio recorrido de todos los momentos de un deporte que en La Guancha ha tenido gran aceptación entre chicos y grandes. Era un concienzudo trabajo de investigación (entrevistas grabadas y recopilación de datos con gran colaboración de los propios jugadores) en un libro sugerente de un deporte que comenzó en un árbol de la plaza del pueblo. Fue publicado en 1996, con 165 páginas y numerosas fotografías.
Y es que mucho antes, en 1966, Cristóbal González, un guanchero que estudiaba en Santa Cruz, trajo la novedad de un deporte que solo se practicaba en la capital y en La Laguna. La plaza tenía cuatro árboles y dos guardias municipales solo atentos a los muchachos que corrían con la pelota en un pueblo sin ninguna infraestructura deportiva. Yo ya escribía en los periódicos y el 27 de noviembre de 1967 publiqué un artículo de gran repercusión, en el pueblo, titulado En La Guancha no se mueve una piedra. Dos años más tarde, el 26 de septiembre de 1969, otro titulado La Guancha y sus problemas, donde recordaba que todo seguía igual. El 14 de septiembre de 1976 otro más, a cinco columnas y con foto del casco del pueblo, titulado La Guancha: crónica de un pueblo entre la abulia y la desesperanza, donde echaba a caminar aquella frase que tuvo fortuna “La Guancha : el pueblo de la rayita”, pues en el reparto de los dineros en la isla siempre le ponían una fatídica rayita o sea ni una peseta. Todo en la busca de un cambio que tardaba en llegar, pues viendo las infraestructuras de hoy parecen que han caído del cielo y rotundamente no: ha sido el esfuerzo de muchas generaciones inquietas y responsables.
La primera cancha llegó en abril de 1970 y el primer equipo federado en septiembre del mismo año, pero después fue un no parar de equipos, jugadores y ambiente general con muchos integrantes en la Selección Canaria, nuevas instalaciones, sede de muchos torneos de Canarias y el torneo de verano, una de las joyas del C. B. Guancha, que en 2020 cumplió 37 ediciones… hasta culminar en el Campus que se celebra desde 2008 y convierte a La Guancha en la cita predilecta del baloncesto canario, con la participación creciente de cerca de 1.000 niños y niñas.
Por ello hay que felicitar y sentirse orgullosos de las gentes del baloncesto guanchero, que echaron a caminar sin medios tirando a un solo cesto del árbol de la plaza y han logrado tener hoy nueve equipos: cuatro masculinos y cinco femeninos, pues esta es otra novedad resaltable: desde el año 1981 La Guancha empezó a contar con un equipo de chicas en tiempos de una educación machista donde ser integrante de la Banda de Música o socia del Casino era espacio vedado.
Por eso el acto reciente con la asistencia de los presidentes de la Federación Canaria y de la Tinerfeña de Baloncesto hizo justicia y por ello se recordó a dos presidentes fallecidos como Faustino Delgado y Aquilino Dorta y a los cinco presidentes anteriores Cristóbal González, Juan José Pérez, Justo León, Sebastián Marante y Juan Pérez.
Entre músicas alusivas, vídeo de la pequeña historia y presentación de los nueve equipos –con el simbolismo de un solo miembro- llegó el momento de entrega, por parte del alcalde, del cuadro pergamino y la medalla de oro al presidente actual, Edgard Martín. La firma de todos inmortalizo el libro de un futuro por abrir.
Y no faltaron las palabras de la concejal de Deportes, Verónica Domínguez, que resaltaba la emoción del momento para un acuerdo unánime de la Corporación, pero que parecía que no se hacía efectivo por las circunstancias del momento. Agradecía el presidente actual, Edgard Martín, el trabajo realizado en tantos años y el alcalde, Antonio Hernández, cerraba el acto diciendo que había que superar contratiempos en este tiempo tan difícil y disfrutar de la vida teniendo fe y deseos de superación. Y remachó: “Como así lo hecho esta gran generación de deportistas del baloncesto que han sido ejemplares tanto dentro como fuera de la cancha. Es momento de continuar en esa labor y el Ayuntamiento va a continuar ofreciendo su colaboración”.
Punto y seguido a un camino que sigue abierto para un pueblo donde el baloncesto ha sido santo y seña de su quehacer cotidiano.
*Cronista oficial de La Guancha