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La guardería de tiburones vuelve a El Médano

Una camada de crías de cazón elige un año más el mismo rincón de la popular playa granadillera para pasar el verano, conviviendo con normalidad con los numerosos bañistas
La guardería de tiburones vuelve a El Médano. / DA
La guardería de tiburones vuelve a El Médano. / DA

Desde hace al menos tres veranos, la playa de El Médano, en el municipio sureño de Granadilla, es el escenario de un curioso fenómeno natural. En un rincón muy concreto de este concurrido litoral sureño, y coincidiendo entre la alta y la baja mar, una camada de crías de cazón se acerca a la orilla y nada tranquilamente a escasos metros de donde lo hacen cientos de bañistas. Ha ocurrido prácticamente a diario durante el mes de agosto y los escualos alevines no dejaron de hacerlo a pesar de los numerosos curiosos que se acercaban hasta la singular ‘guardería’ marina, localizada junto a uno de los pilares que sostienen el hotel Médano. En ese rincón, con apenas medio metro de altura de agua, se han visto estos días nadando juntas hasta seis crías de cazón, de unos 30 centímetros de longitud.


El biólogo marino Jacobo Marrero, doctor en Biología Marina por la Universidad de La Laguna, reconoció a DIARIO DE AVISOS que no conocía este fenómeno de El Médano, pero, sin embargo, señaló que sí es frecuente ver crías de cazón en otras playas de la isla, como Las Gaviotas y Benijos. “Lo primero que hay que aclarar -recalcó Marrero- es que no se trata de un problema de seguridad. Estas crías son inofensivas si se las deja tranquilas. Además, apenas tienen dientes”. De hecho, no se ha producido aquí ningún incidente entre las crías de tiburón y los bañistas, a pesar de los muchos curiosos que se acercan hasta la ‘guardería’. “Si están habitualmente en esa zona -apuntó el biólogo- es porque es un lugar en el que se sienten seguras, están protegidas de depredadores y pescadores y tienen suficiente alimento”.


El experto marino aclaró que tampoco hay riesgo de que la madre cazón esté merodeando en los alrededores, “pues el comportamiento de la hembra adulta de esta especie es acercarse a la playa a parir y luego se desentiende por completo de las crías”, que tienen que subsistir sin la protección ni la ayuda de sus progenitores.


Marrero, quien además es director científico de la Asociación Tonina, explicó que este comportamiento de las crías de cazón en El Médano también puede estar condicionado por el calentamiento del mar debido al cambio climático, y por la presión humana. “En cualquier caso, es un orgullo tener estas crías viviendo en la playa y habría que hacer lo posible para no molestarlas. Debemos aprender a compartir el medio con las especies naturales”.


El cazón (Galeorhinus galeus) es un pez gris plateado perteneciente a la familia de los tiburones. Su talla máxima es de 2 metros y puede llegar a pesar hasta 45 kilos. Habita cerca de las zonas costeras, en fondos de arena. Es muy apreciado por los pescadores pues su carne es el ingrediente principal de un plato gastronómico muy popular en las Islas, los tollos.

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