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Las imágenes

Me escribe un colega y me dice: “La pérdida de casas por el volcán no debería tratarse como un espectáculo televisivo. Ese “periodismo” está de moda. ¡Qué pena!”. Voy a opinar al respecto. Cuando esa gente afectada vea las imágenes podrían convertirse en las primeras víctimas del volcán. Podrían morir de dolor. Una vez, siendo director de La Gaceta de Canarias, se produjo un accidente en la Isla en el que murieron dos chicos británicos, que chocaron su coche contra un árbol. El fotógrafo me trajo la foto de las víctimas, con los ojos muy abiertos del espanto que vivieron segundos antes del impacto. Decidí publicarla. Meses, quizá un año después, mi secretaria me anuncia la visita de una joven extranjera. Era la hermana de uno de aquellos chicos. Sólo me hizo una pregunta: “¿De verdad era necesario?”. Me quedé de piedra cuando rompió a llorar en mi presencia. Me partió el corazón. El periodista, el editor de televisión, el director de un diario y el de una cadena estamos absorbidos por la vorágine de lo que sucede cada día. Y muchas veces no reparamos en los daños. Tanto me remordió la conciencia que llamé a uno de mis maestros, el profesor Ángel Benito, decano que fue de mi facultad en la Complutense y director de mi tesis doctoral. Ángel me dijo: “Nada que repela debe ser publicado”. ¿Han visto ustedes fotos de algún cadáver tras el atentado contra las Torres Gemelas? Existen, pero jamás se publicaron. Cuando el accidente de los jumbos en Tenerife, los fotógrafos americanos que vinieron a cubrir el suceso no tomaron ni una sola foto de cadáveres. Los fotógrafos españoles, todo lo contrario. Cuidado con las imágenes destructivas de la televisión en el suceso de La Palma. De acuerdo, debemos reflejar el dramatismo, pero hay formas. La prensa escrita y digital ha sido mucho más cuidadosa y exquisita que la televisión. Pero, por favor, cuidado.

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