Hay un acontecimiento de la historia de Europa que marca y señala la faz monstruosa de los hombres: el holocausto judío. Chelmno, Belzec, Sobibor, Treblinka, Auschwitz, Majdanek… pesan sobre nuestras conciencias. Jamás justificaremos el perdón, jamás se impondrá el perdón por semejante delirio. Desde entonces, 1941-1944, el mundo es diferente; cuenta con imágenes sobre la capacidad aniquiladora y enseña lo que la depravación ha sido capaz de alzar. Así ha sido, de ese modo se repite: privilegios y propiedades conquistadas con el pretexto de “guerra justa” contra los infieles, los diferentes o los excluidos, “comunismo judío” para masacrar. A ese trauma (el asesinato de dos de cada tres judíos europeos) se agarra Israel para imponer el precio. Y a ello se pliegan los gobiernos de Europa y de EE.UU. Lo hemos visto a lo largo de los últimos setenta años. Occidente cree reparar el daño contra los judíos creando un estado en territorios que habían perdido y carga con armamento sofisticado a esa entidad porque sabe qué consecuencias arrastra tal movimiento compensatorio. El estado de Israel se convierte en problema por lo que fue y por lo que es. La pregunta es si esa lucha contra la inefable historia aclara el enigma. Ahí Europa y EE.UU. vuelven a cargar con su vergüenza porque imponen la desproporción. Lo lógico hubiera sido Estado de Israel sí, pero con condiciones. Una principal: también Estado Palestino. Pero los culpables de antaño se han tragado las excusas. La fuerza es unilateral y por unilateral convincente. De un lado los afines, de otro los extraños. Ante Israel, mirar para otro lado, porque Israel recuerda y puede hacer recordar, y porque del lado de allá de la frontera todos son “terroristas”. De donde, a los palestinos adecuados, caridad, aunque grupos corruptos se aprovechen de ella y la democracia mimética sea un subterfugio. Con esas condiciones se mueve Israel como pez en el agua. Así, de la etapa de conquista (desde la fundación de Israel, más del doble del territorio original) a la destrucción, pasando por el caos. Las cifras marean: ataques y más ataques a la franja de Gaza; si un muerto de una parte, cien del otro; destrucción progresiva y premeditada de las infraestructuras civiles; matanza de líderes de Hamás con toda su familia; de cada 6 muertos uno es un niño… Ahora comprendemos. ¿Años de bloqueo bestial a la franja de Gaza buscaban castigar los desmanes sectarios y terroristas? Que los defensores de Israel respondan a esa pregunta.