conversaciones en los limoneros

Fernando Fernández: “Nuestra autonomía tenía que haber partido de un Cabildo General de Canarias”

A su presidencia del Gobierno de Canarias (desde junio del 87 a enero del 89) se le llamó el periodo de la honradez
Fernando Fernández
Fernando Fernández
Fernando Fernández, expresidente del Gobierno de Canarias, 15 años eurodiputado, cuatro años consultor de Naciones Unidas. Fran Pallero

Autonomía, sí, pero así no es el título del nuevo libro de Fernando Fernández Martín (Santa Cruz de la Palma, 1943), editado por La Gaveta Económica. Conozco a Fernando desde hace cuarenta años. A su presidencia del Gobierno de Canarias (desde junio del 87 a enero del 89) se le llamó el periodo de la honradez y yo estaba en su casa de La Laguna cuando él llamó a Adolfo Suárez para comunicarle que iba a presentar una moción de confianza en el Parlamento, que perdió, porque lo traicionaron sus teóricos amigos. Suárez le aconsejó que no lo hiciera, pero Fernando siempre ha ido a su bola. Ha dado la vuelta al mundo navegando, es uno de los radioaficionados más reputados del planeta, ha sido un gran médico neurólogo, formado en Navarra, Barcelona y París. Ha sido profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna; tiene cientos de alumnos repartidos por el mundo. Quince años eurodiputado y cuatro años consultor del PNUD, Plan de Naciones Unidas para el Desarrollo, con sede en el famoso edificio de la Primera Avenida de Nueva York. Ha sido 27 veces observador oficial de procesos electorales en casi todo el mundo. Hace 50 años fundó, con otros médicos, el que es hoy Hospital Universitario de Canarias; y la isla de La Palma, su isla, lo nombró recientemente Hijo Predilecto. A él se le debe el concepto de las regiones ultra periféricas europeas y las primeras conversaciones para finalmente lograr su estatus, junto a los presidentes de Madeira y Azores. Yo fui testigo presencial de alguna de esas reuniones. Vamos a ver, esto es sólo un pequeño resumen de su actividad política y profesional. Ahora ha escrito un libro con vivencias desconocidas –y alguna conocida-, libro que yo no he leído porque quedaron en mandármelo y no lo hicieron. Pero que leeré a partir de hoy con mucho interés. Por cierto, a los tres años Fernando dominaba el sistema morse. Y se le rayan los ojos cuando habla de su abuelo, dentista y radioaficionado. Y de su padre, que también se comunicaba con el mundo por radio y que igualmente era dentista.

-Pero, Fernando, tú presidiste un Gobierno, fuiste autonomista.
“Sí, y lo soy, claro que lo soy, pero no así”.

-¿Por qué?
“Porque los años han demostrado que el modelo es un desastre”.

-Copiamos el Estatuto catalán.
“Mal copiado y a toda prisa. Y aquella reunión de Las Cañadas para poner todo en marcha fue un esperpento”.

-¿Qué sugieres?
“Debimos haber tenido más respeto por los cabildos. Y formar la autonomía a partir de ellos. ¿Para qué un Gobierno con tantas consejerías y viceconsejerías y direcciones generales si ya teníamos a los cabildos insulares? Teníamos que haber buscado la opinión de viejos pensadores que inspiraron el Cabildo General de Canarias. Y teníamos que haber adoptado uno de los dos modelos posibles para designar a los miembros de ese organismo, que a su vez elegirían a su presidente ejecutivo. Uno, que cada isla eligiera a sus representantes en ese Cabildo General. Dos, por elección universal de toda Canarias. Pero perdimos la oportunidad”.

-Y montamos una estructura administrativa brutal.
“Totalmente. Porque los cabildos ya tenían a sus funcionarios y su estructura administrativa, que luego se duplicó con la de la comunidad autónoma. Y el Cabildo General hubiera facilitado mucho las cosas”.

-Fernando, tú eres un experto europeísta. ¿Hay Europa para rato o esto se va al carajo?
“No, Europa permanecerá unida. Existen estructuras muy sólidas”.

-¿Y el ‘brexit’ no es un aviso?
“Una lamentable excepción que a quien perjudicará mucho más es al Reino Unido. Ya se está viendo”.
(Hablamos de su afición por la radio y de su trabajo como miembro de la URE, Unión de Radioaficionados Españoles. Lideró durante años el ranking de la Copa De Soto, el mayor trofeo al que un radioaficionado puede aspirar en todo el mundo. Incluso logró hablar con otro radioaficionado canario, pero dando sus voces la vuelta al mundo para retornar a las islas. Dice que Internet no ha acabado con la radio, sino que es su mejor complemento. Su casa era una gran antena, que ahora ha reducido. Creo que los vecinos protestaron algo, si no recuerdo mal. Ya he dicho que su abuelo, dentista, de la promoción de don Florestán Aguilar, odontólogo real, era radioaficionado. Su padre, dentista también, heredó esa afición por la radio. Él supone la tercera generación de radioaficionados).

-A tu Gobierno de Canarias se le consideró como el protagonista del periodo de la honestidad. ¿Lo crees así?
“Todavía me lo dicen algunos. Y, claro que me siento orgulloso. Es verdad que no hubo ni un solo escándalo económico; jamás”.

-¿Qué te parece Ángel Víctor Torres?
“Una buena persona, un hombre decente, aunque con algo de mala suerte: la pandemia, los incendios, el volcán. No sé cómo el pobre se mantiene en pie. Pero creo que lo está haciendo bien, porque no es fácil”.

-Vuelvo a Europa. Ye te voy a preguntar por dos personajes. Uno, Borrell.
“Yo creo que es una persona muy capaz, pero tiene una oficina sin medios. Además, Europa no dispone de embajadas, si acaso alguna oficina exterior, más representativa que otra cosa. Vale más Borrell por el nombre que por el dinero de que dispone para desarrollar su trabajo. Otros miembros de la Comisión cuentan con presupuestos muy poderosos, pero Exteriores no. O sea, que hace lo que puede”.

-¿Ursula Von der Leyen, la presidenta de la Comisión?
“Creo que es una mujer muy inteligente, que lo está haciendo bien y no es fácil su labor. Europa tiene algunos principios básicos irrenunciables, como la Europa sin fronteras (Espacio Shengen) y el libre tráfico de mercancías, servicios y capitales. Estos son sus principios básicos. ¿Que se tuvo que dar entrada en la Unión a países del Este que no estaban a la altura y que debilitan económicamente a la Unión Europea? Sí, pero era necesario integrar, no discriminar. Alguno no ha accedido al euro y otros países, como la misma España, llegaron tarde a Europa”.

-Y está el problema de la inmigración ilegal.
“Que no sería tal problema si se lograra un reparto equitativo de los admitidos. Pero existen países que se niegan, como Hungría y Polonia. Europa tiene que desplegar un Frontex con medios suficientes para hacer su trabajo y para hacer cumplir la legislación europea, que admite retoques. Pero, ¿sabes dónde está la sede de Frontex? En Varsovia. Claro, así es muy difícil. Pero la historia de Europa no puede entenderse tampoco sin Polonia. Tenemos problemas, pero los superaremos, aunque la emigración clandestina desde donde se organiza es desde Libia y desde el Sahel, a través de auténticas mafias, escurridizas y muy peligrosas. Es tremendamente complicado combatir todo eso y cambiar la mentalidad de algunos presidentes europeos, sobre todo los de ultraderecha”.

-En tu libro, según he leído en alguna parte –porque no he leído el libro, como ya he dicho en la introducción—, se contienen tres grandes temas.
“Sí, las relaciones Canarias-Europa; las regiones ultra periféricas europeas; y la inmigración. Esos son los tres elementos que lo componen y que he estudiado a fondo, bajo mi punto de vista y utilizando una copiosa hemeroteca, recopilada en varios tomos; más mis propias vivencias, por supuesto”.

-¿Fue lo que te pidió la editorial?
“No, la editorial me pidió algo que no hice, pero aun así admitió el libro de buen grado. Y está pensando ya en una segunda edición porque me han dicho que se está vendiendo muy bien”.

-En cierta manera, lo de las regiones insulares se debe a ti.
“Bueno, tú eres testigo de alguna de las conversaciones que mantuve, durante mi mandato como presidente del Gobierno de Canarias, con los presidentes de Madeira y Azores. Ahí empezó todo”.

-Esa idea de un Cabildo General, que tú añoras, no era nueva.
“No, no lo era. En 1912 ya lo insinuaba don Juan Pérez Díaz, que escribió un libro contando sus pensamientos sobre el tema”.

-¿Tienes relación con los presidentes anteriores?
“No demasiada; con el que más, con Jerónimo Saavedra. Con los otros, poca”.

-¿Sabes que alguno de ellos lo está pasando muy mal económicamente?
“Sí, y lo siento”.

-A lo mejor aquella cuestión de confianza presentada, que perdiste por las traiciones de tus amigos, supuso una bendición para ti. Te fuiste a Europa y te convertiste en uno de los padres de la Unión. Uno de los diputados más conocidos, más luchadores; y luego, a Naciones Unidas.
“Pues a lo mejor tienes razón, no había pensado en eso. En todo caso, no me arrepiento de nada”.

-Tú eres palmero ejerciente. Tu isla te lo reconoció. ¿Qué te parece la decisión de retirar el monumento a don Blas Pérez González?
“Muy mal. Don Blas, además de ministro de la Gobernación de Franco, lo que a algunos puede causar rechazo, y yo lo respeto, fue uno de los padres del moderno derecho civil español. Catedrático por Barcelona, se llevó a un montón de palmeros a Madrid y los puso en puestos de responsabilidad. Hizo por La Palma lo que nadie. Me pareció un acto de terrible falta de agradecimiento. Las politiquerías son malas a la hora de recordar a grandes personajes”.

(Fernando ha llegado a Los Limoneros conduciendo desde Playa de la Arena, donde tiene una casa desde hace muchos años. Ha superado problemas de corazón. No hemos recordado su faceta automovilística, pero sí lo hemos hecho en otras entrevistas. Era un excelente piloto. También es un buen marino, que dio la vuelta al mundo, no recuerdo ahora si una o dos veces. Y que ejerció la medicina, en la esfera pública y privada, durante años y años. Fue uno de los grandes neurólogos de su época y creó una escuela desde la Facultad de Medicina de La Laguna).

-Antes dijiste que España llegó tarde a Europa. Y me quedé con la copla.
“Bueno, no es ningún secreto. No fue hasta después de la muerte de Franco cuando nos admitieron, pero antes hubo un largo periodo de negociación cuando el Mercado Común. Creo que desde 1966, siendo ministro o López Rodó o López Bravo, o los dos, no recuerdo bien ahora. El periodo de negociación fue muy difícil y el peso específico como país miembro se logró tarde. Hay que asumir las consecuencias”.

-¿Echas de menos la política?
“No, ya ves que ahora hasta escribo libros”.

-Siempre lo has hecho. Yo te edité uno muy bueno: ‘La Europa que yo veo’ se titulaba (Edit. Burgado, 1996).
“Sí, y quedé muy satisfecho de aquel libro, que se repartió por todos lados en unos pocos meses. Eran mis artículos, mi visión sobre la Unión. Y con fotografías muy evocadoras”.

-¿Echas de menos la vida universitaria?
“Sí, esa sí. Publiqué más de cien comunicaciones científicas en revistas especializadas, tuve a un montón de alumnos, fundé un hospital, dirigí tesis doctorales, todo eso se echa de menos porque también forma parte del resumen de una vida y no te puedes quedar indiferente ante estos recuerdos”.

-¿Tienes muchos amigos periodistas?
“No”.

-¿Y te duelen las heridas de la política?
“Bah, forman parte de la condición humana”.

-¿Te sentirías con fuerzas para volver?
“Todo tiene su tiempo en la vida. Yo ahora soy feliz con mi familia, viéndolos a todos crecer; en todos los órdenes”.

-No me digas que te has convertido en un abuelo chocho.
“En abuelo, sí; chocho, no. Pero me siento satisfecho de lo vivido y este libro me ha traído recuerdos muy interesantes, que he resumido en sus páginas. Sí, autonomía, sí, pero así no. He contado por qué y creo que lo he contado bien”.

-Lo leeré como alguien que compartió contigo toda una época apasionante, Fernando.

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