el charco hondo

No, qué va

Si la situación fuera diferente, entonces sí, podría ser. Si se respirara otro ambiente, entonces sí, este viernes, el siguiente y el otro la gente se echaría a la calle cuchillo en boca, correría de restaurante en restaurante, de bar en bar, de terraza en terraza, como lo hacen los mozos en los encierros de San Fermín, encendidos, con los cinco sentidos trabajando a destajo para no salirse en alguna curva, volcados en llegar al final, jugando al límite pero manteniendo una mínima distancia para que no les pille el toro. Si las cosas fueran como antes de lo que nos pasó, de los confinamientos, aforos y niveles que nos han llovido desde marzo del año pasado, si fuera distinto, entonces sí, este viernes, el siguiente y el otro, trío de viernes, tres, diez y diecisiete de diciembre, los chats del Whatsapp estarían echando fuego (qué ganas), buscando fecha (ese día tengo otro almuerzo), reservando (me han dicho que está bien), incorporando refuerzos (dicen que se apuntan), cambiando fechas (ese día imposible), anunciando el dress code (¿qué vas a ponerte?). Si diciembre fuera como otros diciembres, entonces sí, amigos del amigo del cuñado de un amigo, compañeros de oficina, ex alumnos de lo que sea, amigas del pádel, vecinos del séptimo, conocidos que conocen a un conocido del primo de alguien, todos, excepto los mustios de penúltima generación, estarían hoy con los motores rugiendo, buscando una buena posición en la pole, mirando de reojo el reloj, imaginándose con la primera caña, conscientes de que hoy, el próximo viernes y el siguiente, el país suele echarse a la calle a pegarle fuego al fin de semana, a las barras, a las copas, a cualquier espacio donde pongan algo de música. Si la situación fuera diferente, entonces sí, este mediodía quedarían inaugurados los juegos del hambre, echaría a andar el trío de viernes que corona a quienes aspiran a volver a casa el diecisiete de diciembre con un hat-trick. Si el ambiente fuera otro, distinto, en unas horas arrancaría el primero de los tres viernes de empresa, modalidad almuerzo, cena o almuerzo, merienda, cena, desayuno. Claro que las cosas están como están, diferentes. Las circunstancias son otras. La realidad poco se parece a la de otros años. Los ánimos están raros y, lógicamente, este viernes, el próximo y el siguiente la gente no se echará a la calle como si el mundo se acabara el lunes, no está quedando con conocidos y desconocidos, no tiene la agenda sin un solo hueco hasta finales de enero para irse de copas con ésta o aquel. Estas fiestas la gente no saldrá de marcha, el personal no está por pegarle fuego a restaurantes, pubs y bares, no, no qué va.

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