Aparte del ex rey, y de todos los Borbones (los Austrias cultivaban más el saraseo), el mundo está lleno de braguetas. Y no lo digo yo, lo dice la Internet, que es como una gran casa de putas, un salseo increíble, un sálvame global. Y uno de los más machos es el gran Julio Iglesias, al que ahora le ha vuelto a salir otro hijo, Javier Santos, quien, desesperado porque su presunto padre biológico no lo reconozca como su retoño, ha pedido auxilio ¡al Vaticano! No veo yo al papa Francisco, que es un lanzado argentino pero que tiene sus limitaciones canónicas, con el test en la mano, pinchando un dedo a Javier y encargando al nuncio que le pinche otro a Julio Iglesias, allí donde esté, que creo que es en Punta Cana o por ahí. España está llena de hijos naturales como aquel don Leandro de Borbón, al que la justicia le dio la razón cuando él sostenía que era hijo de don Alfonso XIII. Don Alfonso XIII era un garañón. Cuando murió dejó la mejor colección de películas eróticas de Europa, que supongo estarán almacenadas en algún rincón del Patrimonio Nacional. Yo he visto algunas y son buenas, para la época. Don Juan Carlos no le va a la zaga y para dar testimonio de sus devaneos, ahí están Bárbara Rey, Marta Gayá y la famosa Corinna, que fue quien le dio la puntilla y se lo llevó a África a matar elefantes. Qué necesidad, si los elefantes sólo se han metido con Carlos Sobera, a quien un paquidermo casi lo liquida y fue porque lo confundió con el monstruo de las galletas o porque creyó que lo quería llevar a uno de sus programas. Total, que bajarse la cremallera de la bragueta de estránguilis es muchas veces un peligro y más en los tiempos que corren. Porque hoy en día todo acaba sabiéndose; y no como antes, que daba gusto.
Bragueta
Aparte del ex rey, y de todos los Borbones (los Austrias cultivaban más el saraseo), el mundo está lleno de braguetas