Detrás de El Rincón de Juan Carlos, desde hace un año en la quinta planta del Hotel Royal Hideaway Corales Beach de Adeje (Santa Cruz de Tenerife) está el esfuerzo de una familia al completo que este lunes se ha visto recompensado con el tercer sol, la máxima distinción de la Guía Repsol.
Al igual que Iván Cerdeño, del resto que lleva su nombre en Toledo, los hermanos Padrón han recogido este lunes en San Sebastián el tercer sol, mientras que 12 restaurantes se han llevado su segundo sol y 83 han conseguido el primero.
Los hermanos Juan Carlos y Jonathan Padrón comenzaron cocinando con su madre, mientras que sus parejas atendían la sala, en 2003, en un local “muy pequeño” en Los Gigantes: “Nos ha costado mucho esfuerzo llegar hasta aquí; han sido muchos los baches en el camino, que en ocasiones nos hicieron frenar y otras nos pusieron en nuestro sitio”, ha reconocido a Efe el primero.
Su camino es el de mantenerse como “un restaurante puro, de producto, el que el cliente se sienta como en casa, porque si eso falla, no será El Rincón de Juan Carlos”.
Con una lista de espera de dos meses para ocupar las 25 sillas del restaurante, han vuelto a recibir con la apertura de las fronteras al bajar la incidencia de la pandemia a comensales extranjeros -“sobre todo franceses y belgas, ha bajado el número de británimos”, detalla- aunque también han conquistado al público nacional.
Gracias a una propuesta gastronómica en la que, según los inspectores de la Guía Repsol, “el sabor y el equilibrio imperan en unas elaboraciones sin disfraz, de técnica sutil y donde se respeta en todo momento el producto y la esencia” de platos como anguila ahumada y angulas con salsa Benedictine, sopa de cebolla clásica adaptada o turrón de morcilla canaria.
María José Plasencia y Raquel Navarro dirigen la sala y una bodega con más de 500 referencias, entre ellas cerca de 80 canarias.
Para todo el equipo es “una pasada” haber logrado el tercer sol de una guía que “ha cambiado, está pisando fuerte y es una referencia”, ha manifestado Juan Carlos Padrón.
Un galardón que les da fuerzas para continuar con una cocina “de sabor y de temporada” a la que le afecta el cambio climático y se enfrenta a que “tras la pandemia está muy complicado encontrar buen producto, es una labor muy dura”, pero que no les desanima.
