la casa blanca

La guerra se centra en Kiev y los países abren la puerta a refugiados

El Kremlin dice que Zelenski no quiere negociar, y este acusa a Moscú de exigir que se reconozca la anexión de Crimea; la UE vetará a algunos bancos rusos del sistema Swift
Refugiados de Ucrania caminando hacia Moldavia tras atravesar el paso fronterizo. Gilles Bader (Le Pictorium Agency / Europa Press
Refugiados de Ucrania caminando hacia Moldavia tras atravesar el paso fronterizo. Gilles Bader (Le Pictorium Agency / Europa Press

Las tropas rusas recibieron ayer órdenes del Ministerio de Defensa de endurecer la ofensiva sobre Ucrania, y en especial, debilitar a las fuerzas locales para hacerse con la capital, Kiev. Todo ello, bajo el relato de que, de acuerdo con Moscú, el presidente ucraniano no está dispuesto a negociar la paz; un extremo que Zelenski niega. De hecho, asegura que las condiciones del Kremlin para sentarse en la misma mesa van más allá de que declinen la opción de entrar en la OTAN. Al parecer, la Administración de Vladímir Putin persigue que se reconozca oficialmente la anexión de Crimea y la independencia de las repúblicas de Donetsk y Lugansk.

Paralelamente al desarrollo del conflicto, Occidente ha continuado estudiando la imposición de nuevas sanciones. En el caso de la Unión Europea, se ultima el veto del sistema Swift a varios bancos rusos, medida que, de aplicarse, les imposibilitaría realizar transacciones de dinero con el entorno comunitario y ahogaría financieramente a las empresas. Eso sí, se mantendrá en pie este programa para las compañías de gas y petróleo. Además, han comenzado a materializarse algunas de los castigos pertenecientes al primer paquete de respuesta aprobado de la UE, puesto que Francia interceptó un carguero ruso en el Canal de la Mancha y evitó que los coches que transportaba pudieran llegar a su destino final: San Petesburgo.

Otro plano en el que se libra la guerra es en el digital. Y, ante la amenaza que suponen los hackers para el funcionamiento de las instituciones públicas, incluyendo aquellas de las que depende el día a día de la población, el Centro de Operaciones de Ciberseguridad ucraniano optó por pedir a todos los funcionarios que apaguen sus equipos informáticos. Ya en el aspecto militar, Alemania, Estonia, Países Bajos o Estados Unidos anunciaron que enviarán armas al Ejército de Ucrania. Los norteamericanos, incluso, llegaron a hablar de un presupuesto de 350 millones de dólares. Mientras, Rusia incorpora a sus filas efectivos chechenos, tal y como declaró su líder -uno de los principales aliados de Putin-, Ramzán Kadírov.

Por su parte, la población civil de Ucrania se mueve, tanto dentro de sus fronteras como hacia Polonia y Hungría, principalmente. Las primeras aproximaciones de ACNUR apuntan a que hasta la fecha se han marchado de la nación de Este de Europa unas 150.000 personas, mientras que 7,5 millones se han trasladado entre ciudades. Unos movimientos de los que España no es ajena. Sin ir más lejos, dos de los canarios atrapados en el país lograron ayer, al fin, alcanzar la frontera, como parte del convoy organizado por la Embajada española, y otro isleño, de Tenerife, se encuentra en camino. El cuarto es un niño de Arucas que sigue con su familia en Járkov. El PSOE ha propuesto, además, la creación de un plan de acogida de refugiados.

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