el charco hondo

Escepticismo

El Gobierno de España y las Comunidades Autónomas, reunidos en la conferencia de presidentes del 17 de enero de 2017, acordaron crear (en el plazo máximo de un mes, según consta en acta) una comisión de expertos que se constituyera y diera comienzo a sus trabajos de forma inmediata con el mandato de impulsar, y consensuar, un nuevo sistema de financiación autonómica. Recoge el documento que facilitó Moncloa al finalizar la conferencia de presidentes que, en el convencimiento de que la actualización del sistema de financiación debe ser impulsada para proteger el Estado del Bienestar, se encomendó a dicha comisión los análisis necesarios para la formulación de un nuevo modelo que debía fundamentarse en los principios de solidaridad, suficiencia, equidad, transparencia, corresponsabilidad fiscal y garantía de acceso de los ciudadanos a los servicios públicos en función del coste efectivo del mismo, determinándose que bajo la coordinación del Ministerio de Hacienda y Función Pública en el plazo de un mes (según se reiteró en el texto que recogió los acuerdos de aquella conferencia) con la base de dichos análisis un Comité Técnico Permanente de Evaluación y posteriormente el Consejo de Política Fiscal y Financiera deberían desarrollar los trabajos para articular y aprobar un nuevo sistema de financiación autonómica. Cinco años después, en marzo de 2022, la actualización del sistema de financiación autonómica sigue metida en el cajón de los asuntos pendientes, congelada, tirada en el arcén, abandonada en el trastero de los imposibles, cubierto de polvo el acuerdo alcanzado en la conferencia de presidentes de enero de 2017, sin rastro de la comisión de trabajo a la que se encomendó una reforma tan necesaria como inaplazable. No fue la única vez. Hace ahora trece años, el 14 de diciembre de 2009, otra conferencia de presidentes se cerró con idéntico mandato para la actualización del sistema de financiación. La memoria habla de un sinfín de acuerdos que, alcanzados en las distintas conferencias, se aparcan u olvidan sin que nadie vuelva a preguntar por ellos. Las conclusiones de las conferencias de presidentes autonómicos suelen guardarse en el cajón donde acaban las propuestas de resolución de los debates o las proposiciones no de ley, en las estanterías del olvido. El esfuerzo que Canarias ha hecho este fin de semana, en La Palma, debe valorarse en su justa medida. Sin embargo, la hemeroteca invita a ser radicalmente escéptico sobre los acuerdos, pronunciamientos e intenciones de esta última conferencia de presidentes autonómicos.

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