guerra en ucrania

Gustavo Matos: “Nunca hay que menospreciar las señales de alarma; una chispa puede provocar un gran incendio”

“Este conflicto es un desafío para la democracia y las libertades, que ha servido para que Europa vuelva a ser un referente internacional” / “El discurso de Borrell estará en la memoria de los ciudadanos de la UE por el contenido, el escenario y las circunstancias”

Tras dos años al frente de la Conferencia de Asambleas Legislativas Regionales de Europa (Calre), Gustavo Matos continúa en el Comité Permanente como vicepresidente. En noviembre le cedió la máxima responsabilidad a su homólogo de Valonia, Jean-Claude Marcourt. Concertada para hablar sobre Ucrania, la entrevista ha coincidido con la noticia de una citación judicial por la querella de un concejal de La Laguna en relación a una obra en su casa. Aunque no venía a cuento, el presidente del Parlamento de Canarias se defiende al ser preguntado al respecto: “Los hechos que me atribuye Alfredo Gómez son absolutamente falsos. La denuncia forma parte de una campaña que busca el desprestigio y erosionar mi imagen”. 

-¿A qué se enfrenta Europa? 
“Nos enfrentamos probablemente al reto más trascendente después de la Segunda Guerra Mundial y, desde luego, tras la caída del Muro de Berlín. Es verdad que en Europa hubo una confrontación bélica muy cruenta en los Balcanes [el desmembramiento de Yugoslavia], pero, por las circunstancias y lo que significa este acontecimiento en pleno siglo XXI, es un desafío para la democracia y las libertades. Está en juego no solamente la soberanía de un país, sino la construcción de un proyecto europeo y global que se ha puesto en riesgo con la invasión de Ucrania”. 

-Era impensable. ¡Quién lo iba a decir! Ha tenido que ocurrir para que fuera creíble… 
“Siempre he creído que nunca hay que menospreciar las señales de alarma. Lo vengo alertando con respecto al auge de la ultraderecha. Los indicios han estado ahí: en el deterioro de la convivencia, en los discursos, en las actitudes… Tomárselos a la ligera, por muy leves que sean, hace que luego, cuando se inicia la combustión, sea difícil apagar el fuego y lo acabemos pagando. Una pequeña chispa puede provocar un gran incendio y crear una situación muy compleja de la que es complicado salir. En esas estamos ahora mismo”. 

-¿Qué va a ocurrir? 
“Es prácticamente imposible saber cómo va a terminar”. 

-Cuando se está preparado para una contingencia, cuesta menos reaccionar. En este caso, ¿se ha actuado con la conveniente determinación? 
“La cara amable, si es que existe en esta tragedia, es que la respuesta de la Unión Europea ha sido histórica. Desde su fundación le ha costado adoptar decisiones, demasiado viento. En esta ocasión, sin embargo, los actores se han puesto de acuerdo en 72 horas para desplegar una capacidad política que refuerza el concepto, la idea, de Europa en el contexto de la Unión”.  

-La pandemia aceleró una serie de procesos que estaban en marcha. En el Parlamento de Canarias, por ejemplo, los avances tecnológicos. ¿Qué enseñanzas dejará este conflicto? 
“Entiendo que las enseñanzas son las que deberíamos haber aprendido antes. Y repito lo de no menospreciar las señales de autoritarismo, de regresión; no minimizar las amenazas y los riesgos. Y ser conscientes de que las situaciones se deterioran a gran velocidad. No descuidemos lo que hemos logrado: un espacio de libertades, unas normas internacionales de respeto y cooperación… Hasta hace unas semanas, los ucranianos hacían su vida normal hasta que cambió por completo. Aplicada la lección, conviene recordar para no olvidar”. 

-El exministro Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y presidente en su momento de la Eurocámara, ha anunciado “el acta de nacimiento de la Europa geopolítica”. Después de esto, ¿mirar para otro lado sería pegar palos de ciego?  
“Sí, estoy de acuerdo. La Unión Europea tiene entre sus mitos fundacionales el discurso de Robert Schuman [político francés de origen germano-luxemburgués, uno de los promotores de la integración europea] y el de Borrell estará en la memoria de los europeos por el contenido, por el escenario y por las circunstancias. Hemos avanzado mucho en lo que respecta a la identidad europea, basada en los principios de convivencia, de garantías de los derechos, de consolidación de la democracia… Este conflicto ha servido para que eso cuaje y Europa vuelva a ser un referente internacional”. 

-¿Qué se puede hacer desde el ámbito de las asambleas legislativas regionales? 
“Lo que hemos hecho los parlamentos europeos, en representación de doscientos millones de habitantes, ha sido suscribir las decisiones que se han ido adoptando por parte de los restantes órganos de la Unión. En una declaración institucional, condenamos la invasión y apelamos a la defensa del orden internacional, de la libertad y de la democracia. Manifestaciones de este tipo no son irrelevantes. Los pronunciamientos políticos tienen su peso y está siendo clave”. 

-¿Cambio de planes? 
“Vamos a seguir con nuestra hoja de ruta, obviamente. Pero está claro que esto cambia la perspectiva, desde el punto de vista de cada institución europea. Eso no significa que todo el esfuerzo y las actividades se concentren en ello”. 

-¿En qué afecta a la agenda política? 
“Ha quedado desplazada. Hasta que no se resuelva la contienda estaremos expuestos a los acontecimientos”. 

-Tras dos años como presidente, vicepresidente. ¿Qué tal? 
“Hemos conseguido posicionar a Canarias como paradigma en diversos aspectos y explicar en directo y en primera persona los asuntos que nos atañen particularmente para que se comprendan mejor. Más allá del papel en sí de la conferencia, es importante que estemos ahí en permanente contacto, que se conozca nuestra realidad y esa sensibilidad se traslade a las decisiones”. 

-A Canarias le corresponde coordinar, en esta etapa de la Calre, el grupo de trabajo de Políticas de migración y derechos humanos. Menores extranjeros no acompañados. ¿Influirá en algo la norma que permite la entrada sin límites de refugiados ucranios? 
“Bueno, básicamente nos ocupamos de los movimientos migratorios. Lógicamente, la crisis humanitaria en Ucrania repercutirá. No es que condicione la estrategia. Se trata de un efecto añadido. Los problemas de presión migratoria proveniente de África o la que hay en el Mediterráneo continúan, no se paran. La crisis de los refugiados ucranianos agrava el fenómeno, claro”. 

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