tribuna

Guernica y Porcelanosa

La referencia de Zelenski a Guernica en su intervención en el Parlamento español ha servido para varios comentarios de prensa, incluyendo algunos tweets de Echenique, que aún sigue sin apoyar el envío de armas a Ucrania. En el artículo de Sergio del Molino, en El País, titulado Abril de 1937, se dice: “No hay un solo español con una mínima conciencia histórica que no relacione las fotos de la matanza de Bucha con las del Madrid bombardeado”. Yo debo tener un concepto de la historia diferente, porque mi recuerdo de ese Madrid tiene que ver con la saca de presos de las cárceles para ser asesinados en las madrugadas de algunos pueblos cercanos. Pero, en fin, hoy se trata de hacer la reafirmación de la razón histórica que es el argumento supremo para desmantelar el espíritu de la Transición de 1978, y para eso nada mejor que hacer la glosa que un asesor le ha preparado al presidente ucraniano, pensando que así iba a conectar con la fibra más actual de los problemas que acucian a los españoles. No está mal tirado. En realidad, este no ha sido el revulsivo que haya provocado la unanimidad de la cámara, porque lo que se ha puesto en evidencia es que los grupos que apoyan al Gobierno no están por la labor de suscribir al cien por cien la condena al asesino Putin, con alusión a Guernica o sin ella. Rufián, las CUP, el BNGA, Bildu y buena parte de Podemos no están demasiado convencidos. Ante esto, el portavoz del PSOE sigue hablando de falta de sentido de Estado por parte del recién estrenado líder del PP que se entrevistará esta misma semana con el presidente Sánchez. No sé qué clase de abono utiliza para preparar el terreno, Esto es lo de siempre, para qué variar. Vayamos a otra cosa. Anda también en el aire lo de Porcelanosa, mezclado con una empresa de explosivos y otra de bienes de servicio que nadie conoce. Porcelanosa es un símbolo del despegue del bienestar español representado por la remodelación del cuarto de baño. Parece que se puede dar una fiesta, con mayordomo incluido, en el retrete. Porcelanosa equipara a villa meona con cualquier vivienda española después de nuestro milagro económico, es ponerse al día, es incorporarse a la Europa de las posibilidades y de los buenos sueldos, en un paraíso de porcelanas relucientes que nos hacen salir de la austeridad. Porcelanosa es un espejismo del quiero y no puedo, donde todos nos comportamos como los nuevos ricos, es el símbolo de la España que huele a limpio a pesar de que la fosa séptica esté llena de mierda. Dicen que Zelenski representa a esa clase de monologuistas que han ascendido a la política con la comunicación como su arma más característica. Esos que saben elegir el mensaje para dar en la diana. Por eso pienso que sus alusiones a Guernica y a la empresa que anunciaba Isabel Preysler, antes con tío Miguel y ahora con el denostado Vargas Llosa, están habilidosamente calculadas para caer con acierto sobre el territorio de lo que se lleva, de lo que se ansía, de lo políticamente correcto. Este comentario no va dirigido a atemperar las crueles imágenes de la invasión terrible que está sufriendo un país a manos de alguien que se está ganando a pulso la condena de los tribunales internacionales, porque la de la historia ya la tiene. Solo quiero llamar la atención sobre los modos que hoy se utilizan para sensibilizar a la opinión. Guernica y Porcelanosa vienen en el mismo paquete informativo, con Pablo Picasso y un óleo de niños al sol de Sorolla reflejado en las paredes del alicatado. La imagen del parlamento me hizo gracia, al ver a Echenique junto al plasma donde salía el ucraniano con su uniforme verde. Al fin, todo es una cuestión de estética. Los defectos se ocultan con una buena cerámica, igual que las malas fachadas se cubren con una hiedra tupida.

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