Fe y emoción impregnaron anoche las calles del centro de La Laguna, miércoles santo de esta Semana Santa, que ha regresado cargada de emotividad tras dos años sin poder realizarse y salir a la calle por culpa de la pandemia.
Bastantes personas, incluidas familias y algún que otro turista curioso, esperaban anoche ante las puertas de la Catedral, y bajo un frío viento, por la salida de las procesiones de Nuestro Padre Jesús Nazareno- Nuestra Señora de La Soledad, con su cofradía, formada en su “mayoría por alumnos y antiguos alumnos del colegio Nava La Salle”, y la del Ecce Homo–El Señor de la Cañita, de la hermandad de la Sangre de Cristo y la Santa Cruz, que “es la más antigua de La Laguna y de las más antiguas de Canarias” y que fue acompañada por la banda de la Capitanía general, según explicaron desde la Junta de Hermandades y Cofradías (JHC) de La Laguna.
Una hermandad que, además, “tiene una cruz de madera traída de tierra santa que procesionan. Normalmente entran al recinto del antiguo convento de San Agustín y hacen una ofrenda”, señalaron desde la JHC, aunque este año no se ha podido realizar ese acto, ya que la procesión no pasó por esa zona.
Hay que destacar que estas tres imágenes “sufrieron el incendio que azotó la iglesia de San Agustín en el año 1964”, recordaron desde la JHC. De hecho, las de El Señor de la Cañita y Nuestro Padre Jesús Nazareno “fueron pasto de las llamas” y se tuvieron que crear de nuevo. “La única de las tres que se salvó es la imagen de Nuestra Señora de La Soledad, que es de Rodríguez de la Oliva”, apuntaron. Además, anoche se vivió la procesión de La Verónica y la Santa Faz, desde la parroquia de San Benito Abad.
Había muchas ganas de volver a ver las procesiones por las calles de La Laguna. “Como buena lagunera y creyente venimos siempre a las procesiones”, por lo que durante la pandemia “lo pasamos fatal, porque extrañábamos mucho las procesiones, a parte de con el problema que hemos tenido. Gracias a Dios, después de dos años, hemos vuelto otra vez a salir”, relataba Begoña Afonso, quien, además, es cofrade “y pertenezco al Cristo de Burgos, que no pudimos salir en procesión porque llovió, pero se hizo dentro de la Catedral y fue muy emocionante. Ayer [martes] sí salimos, ya que también pertenezco a la Flagelación”. “Se siente una emoción tremenda, vas con mucha fe y devoción y vas pidiendo por todos los problemas que hay en el mundo, que es lo principal. Pero hay que estar dentro, es una alegría que no se puede explicar, si no te metes, no sabes lo que se siente”, explicaba.
En esta línea, Mercedes Delgado, también cofrade del Cristo de las Caídas, de San Juan, añadía que “la Semana Santa no la siente sino el que realmente es creyente, porque nosotros lo practicamos y lo vivimos”. “A mí lo más que me emocionó fue el Vía Crucis, que fue dedicado a la pandemia. De todos los guardias iba uno en representación y hablaba de los médicos. Yo todavía lo nombro y me da sentimiento”, recordaba.
Muchos son los laguneros que ningún año se las pierden, como Marina Pérez. “De toda la vida he venido, porque yo soy lagunera y, además, creo que es el sitio donde más bonitas salen. Y me alegro mucho de que estén saliendo otra vez, se echaba mucho de menos, y se ve este año que la gente tenía ganas de salir y ver, ya que las calles están llenas de personas”, relataba.
Y quienes disfrutan de todos los elementos que la rodean, como Aurora Calero: “Me encanta todo lo que se mueve alrededor de la Semana Santa, las cofradías, cómo se visten, los pasos… y la de La Laguna es la que tiene más pasos, más tradición. Es bonito ver todas estas cosas otra vez en la calle”.
El programa de la Semana Santa lagunera continúa hoy, Jueves Santo, con más procesiones, como la de la Santa Cena desde la Catedral, a partir de las 20.00 horas.
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