después del paréntesis

Neutralidad

Dos países de Europa se han ganado el respeto por la neutralidad a lo largo de la historia: Suecia y Finlandia. Y neutralidad significa que no participan en conflicto alguno, ni bélico ni político, con los allegados o los contrarios. Por ejemplo, Suecia le negó a España la extradición de los etarras que por allí se movieron; tampoco atendió a la detención y entrega de los independentistas catalanes fugados; o la insatisfacción del ínclito Erdogan de Turquía por los resabios de la oposición. En esa estampa ha consignado Finlandia su ser, rica y ejemplar en muchísimas cuestiones como la educación, y Suecia, impar en su condición multilingüe y sectorial. Consignan el imperio de la independencia como condición y privilegio. Y se establece lo que razonablemente es cada uno de esos dos Estados. Neutralidad no significa que no tengan claro de qué parte de la balanza están. Su juicio se aprecia en los valores consustanciales de Europa y de Occidente. ¿Eso quiere decir que Suecia y Finlandia son más EE.UU. que Rusia? No; eso quiere decir que son lo que defienden ser: la integridad, la consecuencia, el progreso, las prestaciones sociales, el desarrollo, la estabilidad y el respeto a los derechos civiles. Lo cual sanciona lo que esos países consolidan: la dicha independencia y lo que comparten con las naciones que los confirman. Ni Suecia está sola en el desarrollo de los bienes comunes (como la cultura, el comercio, la energía, el sector financiero…), ni Finlandia lo está. Esto es, la absurda, ridícula e ideológicamente infausta maniobra de los independentistas catalanes, que no se resisten a ser laterales en España y pretenden agenciarse de su apañado centro, es un atropello a la inteligencia. Y eso ocurre. El Putin que le tiene miedo a la democracia pretende sojuzgar a todos los países que formaron la Unión Soviética por proceder con tino hacia los valores europeos. Y ataca a uno de ellos (Ucrania) como moneda de cambio. Tras esa decisión por dicha alarma allí, pretende consagrar su Estado déspota y la potencia militar contra EE.UU., Europa, la OTAN y esos territorios. Ha fracasado en la guerra y en el debilitamiento de los factores. Y por eso Finlandia y Suecia responden masivamente dado lo que el impúdico dictador revela: escudo de protección frente a la posible agresión del susodicho que ellos no podrían contener. Esa es la neutralidad, proteger la soberanía frente a sátrapas codiciosos y desesperados. La OTAN crece, Putin no se rinde. ¿Hasta cuándo?

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