Por primera vez en mucho tiempo, no llego a fin de mes. Quiero decir que se me atragantó el mes de mayo y no hay forma de reconducirlo. Ha subido todo: la cesta de la compra, los seguros, la luz, el gas, los impuestos brutales a los que nos somete el Estado. Todo se ha disparado y para un jubilado -como es mi caso- la vida se hace enormemente difícil. Hay una solución, al menos parcial, para paliar esta escasez: quedarme en casa, no salir a la calle, porque si no te vas por ahí gastas mucho menos. Ves a esos gaznápiros pontificar en sus escaños y contar mentiras y sientes rabia. Se les ha olvidado decir la verdad, no tienen reparos en mentir y, en vez de marcharse todos a casa, unos y otros, siguen ahí mal gobernando este país. Ahora les ha dado a unos cuantos idiotas por montar otro debate falso: si monarquía o república. Los países europeos con monarquías parlamentarias son los más prósperos y ordenados de Europa, menos España, claro, a la que cualquier forma de Estado le viene mal. Los cantores lerdos y analfabetos funcionales de la televisión en general la han tomado con el emérito porque es lo que vende. Y, además, muchos de los canales de las televisiones españolas están en manos de extranjeros, a los que les importa un pito nuestra forma de organizarnos políticamente. He escuchado las mayores burradas sobre don Juan Carlos I en estos días. El rey padre sólo hizo algo mal: matar a un inocente elefante y publicarlo. Esto lo repruebo con todas mis fuerzas. Pero que tire la primera piedra quien no ha tenido placenteras aventuras amorosas que luego derivan en tormenta. Hay mucho fariseo sentado en las Cortes y caminando por las calles.
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