Un tribunal ha condenado a siete años y medio de talego a un individuo que lanzó una máquina excavadora de 11.200 kilos contra el cobrador del frac. La cosa ocurrió en Villarrobledo (Albacete) y suponemos que el agresor que cometió tamaño disparate estaría hasta las bolas del enlutado, que esta vez se encontraba de paisano, junto a su coche, de pie y en la acera. La máquina excavadora arremetió contra el vehículo, atrapó entre éste y la pared al del frac (pero sin frac) y le causó lesiones de las que tardó en sanar un mes, más o menos. O sea una brutalidad, calificada como intento de asesinato por los jueces. La sentencia insiste en que el hombre herido no llevaba traje de luto en aquel momento, ni sombrero de copa, lo que hizo todavía más grave la actitud de quien conducía la enorme y pesada máquina. Esto del cobrador del frac es un invento español, pero yo creo que en Italia también se estila y en otros países en los que la gente no suele pagar lo que debe. Habría que citar aquí la famosa doctrina de don Paco del Castillo, paz descanse, director que fue de un banco de La Laguna y una gran persona, quien cuando los inspectores llegados de Madrid le preguntaban: “Don Paco, ¿y este señor por qué no paga?”, entonces él respondía: “¿Por qué va a ser?; pues porque no tiene dinero”. Y así zanjaba el asunto hasta que el deudor lograba, a duras penas, cumplir con el banco y con sus intereses usurarios. Hay algunas sentencias que condenan al del frac por acoso, pero esto no justifica la brutal actitud del de la máquina de 11.200 kilos, lanzada contra el probo cobrador, que escapó de milagro. La España cañí que le dicen.
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