Cerca de 6.000 personas, detallan los organizadores, disfrutaron en la noche del sábado del concierto de Carlos Baute en el barrio lagunero de La Candelaria. Una actuación, organizada por el Ayuntamiento de La Laguna y la Comisión de Fiestas del popular núcleo poblacional de La Cuesta, que justo hasta ayer domingo vivió sus celebraciones, en la que el cantante venezolano ofreció un amplio recorrido por el repertorio que le ha consagrado como uno de los grandes intérpretes del pop latino.
Descentralizar la actividad cultural -y dentro de ella, la musical- en cualquier municipio, en cualquier ciudad, algo hoy tan en boga en las políticas que se plantean en este ámbito, no solo consiste, que también, en poblar las agendas de propuestas de los lugares más o menos alejados del centro.
En gran medida es mimar esas programaciones, de tal manera que no acaben por convertirse en una oferta secundaria, sino que complementen, amplíen y enriquezcan las opciones culturales de la ciudadanía, al margen de que esta resida en pleno centro o a kilómetros de distancia. Una muestra de esta forma de ver las cosas se plasmó el sábado en La Candelaria. La cita, de carácter gratuito, contó con la producción de Basalto Producciones y Entretenimiento.
ENERGÍA Y TALENTO
El público asistente pudo así disfrutar en directo con el espectáculo de uno de los artistas más celebrados en España, una de las grandes referencias del pop que se canta y se escucha en nuestro idioma en la actualidad. Durante el concierto, una vez más, Carlos Baute mostró la energía y el talento que caracterizan a una trayectoria musical que ya supera los 25 años y las más de 1.000 actuaciones en directo.
La noche dio para mucho y Carlos Baute se había preparado un repertorio con la misión de que la cita fuera inolvidable. Y lo consiguió. El cantante, con un vínculo muy estrecho con Canarias y Tenerife -el origen de su familia se halla en la Isla-, fue desplegando, canción a canción, una propuesta que fue una celebración de la música, pero también del reencuentro, de la vuelta, al fin, de las actividades al aire libre para compartir la cultura.
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