la matanza

Con el Alzheimer también se vive

Acufade trabaja para promover el bienestar de las personas mayores y dependientes y el de sus cuidadoras y familias
Con el Alzheimer también se vive

Cuidar debe ser una elección, no una imposición que, en la mayoría de los casos, siempre le toca a las mujeres. Son ellas, madres, esposas, hermanas, hijas, cuñadas, vecinas, que se excluyen para atender a sus familiares. Una situación que se complica cuando se trata de personas con Alzheimer y otras demencias, que exigen un cuidado y una vigilancia permanente para que puedan continuar con sus vidas hasta el punto que anulan las de quienes tienen a su alrededor.

En el año 2001 Elena Felipe, trabajaba como técnica en salud en el Ayuntamiento de La Matanza de Acentejo cuando se puso en marcha un programa de coordinación sociosanitaria con el Servicio Canario de la Salud de continuidad de cuidados y acompañamiento a las personas que salían del Hospital Universitario de Canarias.

Fue todo un descubrimiento para Elena ver un mundo que está ahí pero del que hasta ese momento no tenía conciencia y cuando se dio cuenta no dudó en dedicarse por completo.

Hubo una persona que sin querer la impulsó a tomar la decisión, Carmen María Lucas, y a descubrir el sentido de la generosidad y la entrega, “de hipotecar todo tu desarrollo personal para, en este caso, cuidar a su madre que tenía Alzheimer, pese a que ni siquiera reconocía a quien tenía a su lado”. Ese caso “le tocó” hasta el punto que ahora su vida se entrega a estas personas.

Así nació Acufade (Asociación de Cuidadoras/es, Familiares y Amigos/as de Personas con Dependencia, Alzheimer y otras Demencias), que el 27 de septiembre de 2005 se conformó como entidad de la que ella es la directora y Carmen María, la presidenta. Eran unas siete personas, dos profesionales y las cuidadoras, con poco tiempo “pero con muchas ganas y necesidades” en un momento que además, se sabía poco de estas enfermedades pese a que cuando llegan a una casa afectan a toda la familia,.

En 2007 recibieron su primera subvención (6.000 euros) gracias a CajaCanarias. Fueron las propias cuidadoras quienes decidieron que el destino de ese dinero era contratar a un fisioterapeuta que aliviara a las personas encamadas. El Ayuntamiento, por su parte, les cedió un espacio que actualmente es el Centro Acufade Norte (CAN), “su nave nodriza”, un espacio de 400 metros cuadrados que les permitió empezar a prestar servicios y celebrar, ese mismo año, el primer encuentro insular de cuidadoras.

Junto con el Consistorio fueron organizando pequeños talleres para entender la enfermedad, poder abordarla y darle ese tiempo de respiro tan necesario a las cuidadoras, para ir a la peluquería o al supermercado tranquilas.

En ese momento la vida de Elena dio un giro de 180 grados, decidió irse del Ayuntamiento y dedicarse por completo a Acufade. Hizo un máster en calidad de vida de las personas mayores y aprovechó todos los contactos que tenía para presentarse en las administraciones y entidades públicas con el fin de pedir subvenciones y contratar a los primeros trabajadores.

Así, Acufade empezó a crecer poco a poco. El camino no fue fácil, pasaron muchas dificultades y de todo tipo hasta llegar a la actualidad, pero en el trayecto se fue sumando mucha gente. “Los esfuerzos de aquel momento fueron titánicos”, recuerda su directora.

En 2014 fue la primera entidad acreditada para prestar servicio de autonomía personal como fisioterapia, apoyo emocional y social, terapia ocupacional y estimulación cognitiva, que ya se contemplaban en el catálogo de prestaciones de la Ley de Dependencia aunque tuvieron que esperar a 2016 para ir a domicilio y fue a partir de allí cuando empezaron a expandirse por la Isla.

De 2017 en adelante, el día a día de la entidad ha sido “de absoluto vértigo”. Pasó de un equipo de base de cinco personas a otro de más de 150, además de una veintena de autónomos. Su cartera de servicios incluye desde la promoción de la autonomía personal y centro de día para personas dependientes, pasando por el asesoramiento, la formación y la estimulación cognitiva. Asimismo, desarrolla proyectos de acción social destinados al voluntariado, a unir a las personas cuidadoras y compartir experiencias, combatir la soledad en los mayores, promover el envejecimiento activo a través de la actividad física y una alimentación adecuada, y el acceso a las nuevas tecnologías para reducir la brecha digital y fortalecer su independencia. Y tienen muchos más de cara a un futuro próximo.

Hace apenas dos meses estrenaron nuevas dependencias en La Victoria de Acentejo, frente al Ayuntamiento, un inmueble en el que se respira la tranquilidad necesaria que requiere el trabajo que allí se realiza con baños adaptados, sala de formación, de reuniones, espacios para dar apoyo a los familiares, y almacén.
Allí preparan a las personas cuidadoras y se preparan, porque viven constantemente con la pérdida. Su trabajo es vocacional, principalmente, porque nadie puede trabajar en el Tercer Sector sin creer en la ayuda mutua y en el apoyo a los demás. “Esa es otra injusticia con la que nos encontramos hoy en día, esas diferencias salariales que existen entre los trabajadores del Tercer Sector, ejecutores de las políticas de servicios sociales, y los funcionarios, cobrando casi la mitad”, recalca Elena.

Por este mismo motivo, no duda en ser miembro del movimiento 15-S y acudir a la manifestación convocada el miércoles a las 18.30 horas en la plaza Weyler por los derechos sociales, en la que se unirán a otros colectivos que trabajan en el ámbito de los servicios sociales y organizaciones del Tercer Sector ante la “desidia histórica” de las administraciones públicas canarias y la pésima gestión de la dependencia, “cuyos culpables los conocemos todos”, sentencia.

El equipo de Acufade está convencido que se pueden hacer las cosas de otra manera para poder convivir con el Alzheimer y ello pasa por centrarse en las personas, humanizar su atención, hablar de entornos accesibles y funcionales en lugar de grandes infraestructuras y crear vínculos de afecto. “Somos seres interdependientes y detrás de cada uno hay una realidad, no queremos seguir siendo números”, sostiene Elena Felipe.

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